lunes, 21 de mayo de 2012

El vampirismo nunca había sido tan divertido


La sanguijuela de mi niña, título que desafortunadamente salió perdiendo en la traducción, es el genialmente divertido libro escrito por Christopher Moore en 1995 que me mantuvo riendo de principio a fin. Tuve el placer de leer a este autor por primera vez en su novela El ángel más tonto del mundo y me convertí en su fan de inmediato. Su estilo me recuerda a Kurt Vonnegat y sus observaciones sobre la vida con un toque de ironía. Las peculiaridades de sus personajes los hacen inolvidables y la simplicidad con que aborda los temas nos lleva de manera muy sutil a comprender la complejidad de las emociones humanas.
Amigos chupasangre: una historia de amor, es la traducción literal del título Bloodsucking friends: A love story, y la trama es exactamente lo que el título nos indica, así de simple. Esta es la primera entrega de una trilogía que comienza cuando Jody, una joven de San Francisco, es atacada por un vampiro y al darse cuenta que la han convertido en una chupasangre decide buscar ayuda para adaptarse a su nueva vida. Es ahí donde entra Tommy, un aspirante a escritor que está más que dispuesto a ayudar a una dama en apuros.
Definitivamente no es un libro de vampiros para aquellos que gustan de chupasangres deprimidos, violentos o con las hormonas más alborotadas que el típico adolescente. Esta novela es una historia de amor entre personajes tan neuróticos como los de cualquier película de Woody Allen aderezados con sarcasmo.
El libro está plagado de frases memorables que reflejan la normalidad con la que se toman los personajes el vampirismo de la protagonista. Cuando Tommy parece reparar por primera vez en las consecuencias de tener una novia que no envejece, lo que más le preocupa es que Jody lo resienta por tener que encargarse de un viejo babeante al que deba cambiarle el pañal. Jody responde tranquilamente “¿No te estás adelantando un poco? Tienes un magnífico control de tu vejiga. Te he visto beber seis cervezas sin ir al baño”. Otro momento genial es cuando Jody contempla conocer a los padres de su amado y Tommy responde “No lo sé. A lo mejor se llevan un disgusto cuando sepan que no eres metodista”.
Basta leer las primeras líneas de cualquier novela de Christopher Moore para saber que es un autor con un inteligente sentido del humor que señala las virtudes y defectos de la sociedad con comentarios acertados que te doblarán de risa.
Diseño de portada: William Staehle / La Factoría de Ideas.

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