viernes, 20 de septiembre de 2013

Una bonita maldición


El antiguo Egipto tiene un encanto muy especial, faraones, pirámides, momias, es difícil no dejarse cautivar por la historia y la cultura de esta gran civilización. Los suntuosos palacios con todos los lujos que los miembros de la realeza pudieran necesitar, los trabajadores que piedra a piedra construían las impresionantes pirámides, los muros cubiertos con jeroglíficos, las hermosas representaciones de sus dioses, la majestuosidad de sus esculturas, el delicado proceso de embalsamamiento y sus creencias en el más allá son sólo una pequeña muestra de lo que fue el antiguo Egipto.
Los descubrimientos arqueológicos nos han revelado mucho sobre sus habitantes, sus costumbres y su turbulenta historia pero debe haber mucho más por descubrir. Es imposible empezar a comprender todo lo que desconocemos sobre Egipto. Se dice que la historia es de quién la escribe y Egipto no es la excepción. Los faraones borraban todo vestigio de la existencia de aquellos hombres que se atrevían a desafiarlos o deshonrarlos. Si no les convenía dejar constancia de algún episodio penoso también lo eliminaban y no me refiero a que quemaban sus papiros o rompían sus tabletas sino a que quitaban con cinceles los nombres de los muros y de las columnas de las edificaciones.

Sus creencias en maldiciones no fueron suficientes para asustar a los saqueadores de tumbas que han dificultado el proceso de identificación de dinastías y familias pero este desorden en los lugares de descanso no es algo nuevo. Incluso en épocas antiguas había quienes vendían las tumbas con sus parientes muertos dentro de ellas. Al siguiente cadáver no le importaba tener un compañero de cuarto siempre y cuando contara con todo lo necesario para su travesía al más allá.
Los egiptólogos dedican toda su vida a develar cuantos misterios puedan sobre esta civilización pero gran parte de su historia quizás permanezca siempre oculta. Los vestigios arqueológicos nos dicen mucho pero también hemos aprendido a llenar los huecos con un poco de imaginación como es el caso de los autores que se han tomado ciertas licencias creativas para sus libros.

He leído varias novelas históricas situadas en el antiguo Egipto y todas abundan en detalles sobre la vida cotidiana y reflejan la mentalidad que deben haber tenido las personas de esas épocas. Es lo mismo que esperaba encontrar en La Maldición de Ra, escrito por Naguib Mahfuz pero no fue así. Creí que por tratarse de un autor egipcio me sentiría transportada a orillas del Nilo y me parecería casi percibir el aroma a dátiles y especias pero estaba equivocada.
Mahfuz escribió esta corta novela casi como si fuera cualquier relato contemporáneo. No detalla el entorno ni las vestimentas ni las costumbres, sus personajes fácilmente pueden pertenecer a cualquier época y lugar, sólo habría que cambiar unos cuantos detalles pero no por eso la historia es mala. La Maldición de Ra se centra en la predicción de un adivino que le advierte a Keops, el gobernante de Egipto, que el siguiente rey acaba de nacer en otra familia que no es la real.

Al parecer en la antigüedad era común que a los dirigentes les hicieran advertencias similares que los impulsaba a salir corriendo a matar a los recién nacidos que amenazaban con terminar sus reinados. Así que Keops partió a desafiar al destino y asegurarle el trono a su hijo. Aquí comienzan una serie de afortunadas y desafortunadas circunstancias que acomodan las vidas de todos de manera que la predicción se haga realidad.
La premisa es muy buena y los engaños, envidias, mentiras e incluso la suerte prometían una trama llena de intriga pero la visión de Mahfuz claramente era otra. Hay varias muertes, pérdidas significativas y sucesos que debieran ser traumáticos pero nada parece alterar en gran medida a los personajes, quizás en esa época estaban acostumbrados a las tragedias o el autor creyó que el drama no tenía cabida en la trama.

A excepción del faraón al principio del libro, los personajes de Mahfuz se conformaban tan fácilmente con las cartas que la vida les entregaba que nada parecía realmente alterarlos. Hubo un momento en el relato que me pareció salido de una comedia de situación de televisión, casi me parecía visualizar a los personajes con sus rostros congelados en una sonrisa mientras salían los créditos.
Conforme avanzaba en la lectura seguía esperando que todo saliera mal, que el caos comenzara pero todo parecía transcurrir tranquilamente. Cuando faltaban pocas páginas para terminar supe que la intención de Mahfuz fue crear un libro sencillo, de fácil lectura y que transmitiera un mensaje muy claro. La Maldición de Ra trata sobre el destino, el honor, la familia y salir adelante con principios, no hay nada de maldito en su relato.

Este libro tiene una inocencia hermosa que no esperé de una historia que comienza con la intención de asesinar a un bebé. Me hubiera gustado encontrar más descripciones sobre la vida en la época de los faraones pero me conformo con las generalidades que el autor nos da sobre las vidas de los trabajadores, las opciones de carreras que existían para los jóvenes egipcios y la inocente manera en que cortejaban a las mujeres. Es un bonito relato pero prefiero historias sobre faraones que azotan a esclavos que después se rebelan contra ellos o algo por el estilo que resulte en una emocionante novela.
La imagen utilizada es propiedad de la Editorial.

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