miércoles, 20 de junio de 2012

Para hincarle el diente


Los vampiros parecen ser el tema de moda: libros, cómics, películas, caricaturas y videojuegos pero es innegable que este terrorífico personaje ha perdido su esencia maligna y lo invitamos a entrar en nuestros hogares sin reparo alguno. Desde chupasangres solitarios y deprimentes hasta peligrosos y sensuales, hay uno para cada gusto.
No creo que cuando Bram Stoker escribió Drácula haya imaginado que algún día las mujeres de todo el mundo soñarían con conocer a uno de estos enigmáticos seres y vivir con él un apasionado romance. El atractivo y misterioso hombre que resulta ser un vampiro es una fórmula ya comprobada para capturar la atención del público femenino. Este fenómeno quizás sea incomprensible para la mayoría de los hombres pero la fascinación que las mujeres tenemos por los vampiros es muy sencilla de explicar.
Un vampiro es la fantasía perfecta ya que se trata de un hombre guapo, inteligente, culto, de gustos refinados, cosmopolita, políglota y con un cuerpo excepcional, asumo que la dieta de sangre lo mantiene en el peso ideal. Lo mejor de todo es que los vampiros siempre parecen ser monógamos y, una vez que se enamoran, lo hacen para siempre y su entrega es total. Con estos parámetros, ningún mortal podría comparársele jamás a una de estas varoniles criaturas de la noche.
Las sensuales vampiresas tampoco se han quedado atrás pero la mayoría de sus personajes no resultaron tan cautivadores y poco a poco se quedaron en el olvido. Así fue hasta que vimos a Selene, la vampiresa interpretada por la guapa Kate Beckinsale en Inframundo. Esta exitosa franquicia que nos muestra la rivalidad entre Lycans y vampiros está llena de acción, romance y suficientes peleas para satisfacer las ansias de sangre de los fans de este género y atraer a más público masculino.
La más reciente entrega, Inframundo 4: El despertar, es una continuación directa de la primera parte ya que la segunda y tercera parte fueron precuelas. Esta película nos muestra a un mundo en el que los humanos saben de la existencia de los vampiros y los hombres lobo y, al sentirse amenazados por ellos, los persiguen sin cuartel con la intención de acabar con todos.
La trama no tiene grandes revelaciones y se echan de menos los pasajes que Selene suele narrar revelando siglos de historia sobre los vampiros pero el maquillaje, las escenas de acción y los efectos especiales fueron suficientes para mantenerme fiel a la franquicia. Inframundo 4 no es tan obscura como las primeras entregas y los vampiros en esta no parecen comportarse con tanta dignidad y clase, por no llamarle arrogancia, como lo hacían anteriormente, quizás se deba a que están siendo exterminados como si fueran ratas.
Las películas de Inframundo siempre son un deleite visual y cuentan con personajes fuertes y memorables que garantizan un buen rato pero esta entrega nos deja más preguntas que respuestas para los que ansiábamos darle seguimiento al romance vampiro-lycan. Hacia el final nos dejan claro que debemos esperar a la próxima parte para saber más.
Así que, aguardaré pacientemente a la siguiente entrega, todavía sigo esperando secuelas de Blade, Los muchachos perdidos, La hora del espanto, Del crepúsculo al amanecer, Los vampiros de John Carpenter, Déjame entrar, Vampire Hunter D, Van Helsing…
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

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