viernes, 1 de junio de 2012

El espejo se equivocó


Jacob y Wilhelm Grimm escribieron la mayoría de los cuentos de hadas más conocidos hoy en día. El éxito de sus historias y la relevancia que mantienen a través de las generaciones se deben no sólo a la extraordinaria imaginación que poseían capaz de atrapar a cualquier lector sino también al hecho de que a todos nos gustan los finales felices.
Cabe mencionar que su popularidad en la literatura infantil se debe a la censura de la época, si sus obras no hubieran sido condenadas por padres de familia, maestros y figuras religiosas, no las hubieran suavizado hasta el grado de que se convirtieran en las favoritas de los pequeños. Las obras originales representaban sin tapujos la crudeza de la cultura medieval, desde prejuicios y violencia hasta referencias sexuales explícitas.
Los incomprendidos Hermanos Grimm se vieron obligados a eliminar escenas como la del bien merecido castigo a la madrastra de Blanca Nieves en la que ésta era obligada a usar unas zapatillas de hierro ardiente al rojo vivo y bailar hasta la muerte. El recurso de la madrastra malvada debió emplearse nuevamente en Hansel y Gretel para justificar el abandono de los inocentes niños en el bosque ya que en la original era la madre biológica quién no tenía reparo en deshacerse de ellos.
La Cenicienta, Caperucita Roja, El gato con botas y muchas historias más pasaron por varios ajustes para convertirse en los cuentos clásicos que todos conocemos hoy en día. Hollywood no se quiso quedar atrás en cuanto a adaptaciones de estas obras y las ha comercializado a través de los años en la pantalla grande. En ocasiones ha acertado y en otras ha fracasado vergonzosamente.
Este año apostaron por dos adaptaciones de Blanca Nieves y, debo admitir que si he de quedarme con alguna de las dos tendría que ser la protagonizada por Charlize Theron. La versión con Julia Roberts como madrastra tuvo un buen grado de comicidad pero por momentos resultó tediosa y terminó sólo como una parodia aceptable del cuento clásico.
La película, Blanca Nieves y el cazador, nos presenta personajes fuertes y bien definidos que reflejan el espíritu de la época. Charlize Theron interpreta a la hermosa pero cruel madrastra que no se detiene ante nada para obtener lo que desea y mantenerse siempre bella. La guapa protagonista domina todas las escenas y nos regala una brillante actuación. Kristen Stewart interpreta a una Blanca Nieves valiente, decidida y aguerrida que no se deja intimidar fácilmente. Debo reconocer que en esta película apreciamos que no es tan mala actriz cómo pensábamos aquellos que la vimos en Crepúsculo. Aquí por lo menos la vemos cambiando ligeramente la expresión de su rostro para ver enojo, tristeza y alegría.
Chris Hemsworth es indudablemente guapo pero extrañé verlo con sus ropas de Thor. Su modesta vestimenta de cazador no lo hacía lucir tan imponente como cuando representa al Dios del Trueno, aún así logró convertirse en la contraparte necesaria para añadir tensión y dramatismo así como credibilidad a las pocas escenas de acción que tiene la película.
Los hermosos paisajes fueron el marco perfecto para esta historia y la inclusión de un buen número de referencias del folklore europeo añadió el toque mágico para hacerla visualmente atractiva. Aunque muchos espectadores saldrán decepcionados de esta película por esperar algo más apegado a la historia original, yo salí complacida por el resultado. Lo más objetable de la película fue que el espejo considerara más hermosa a Stewart logrando desatar la furia de Charlize y de todos los que pensamos que los gustos del espejo dejan bastante qué desear.
Theron creó una villana memorable, su poderosa actuación hace que la película sea digna de ver, aunque sea sólo por presenciar sus arranques de furia y hechizos malévolos. Adoro los finales felices y admito que me emocioné con el “beso de amor verdadero” que no puede faltar en los cuentos de princesas pero quizás no hubiera sido tan malo que el mal ganara en esta ocasión, por lo menos tendríamos suficiente para justificar una secuela.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

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