jueves, 28 de junio de 2012

La realidad detrás de la ficción


Algunas personas piensan que los vampiros son seres malvados y sedientos de sangre listos para clavar sus colmillos en nuestros cuellos. Otras tantas los visualizan como atractivos hombres con personalidades magnéticas y ropas victorianas. Millones de adolescentes seguramente los imaginan como guapos y misteriosos chicos que les susurran palabras de amor al oído.
Los vampiros se han representado en libros, películas, videos musicales y videojuegos de cientos de maneras diferentes pero la versión que menos se ha mostrado, quizás por ser menos comercial, es la verdadera. Con esto no quiero decir que Drácula camina entre nosotros o que los simpáticos murciélagos que cuelgan de cabeza en los techos de las cuevas se transformarán en cualquier momento en hombres, la verdad es mucha más simple y compleja a la vez.
Michelle Belanger es una autora y cantante, entre otras cosas, reconocida en la cultura del vampirismo moderno y una de sus voces más importantes. Belanger es un vampiro psíquico que habla abiertamente sobre sus creencias y comparte sus vivencias de una manera inteligente, acertada y respetuosa. Gracias a ella se ha logrado difundir información de manera más congruente para luchar contra prejuicios y temores que el término “vampiro” genera.
Vampiros del Siglo XXI es una compilación de varios autores que nos adentra en la cultura del vampirismo de manera directa y realista eliminando el sensacionalismo y el glamour de Hollywood. Michelle se encargó de organizar las contribuciones hechas por algunos de los vampiros más respetados de la comunidad que nos permiten conocer su mundo para comprenderlos mejor.
Las historias que se cuentan en este libro son tan sinceras y abiertas que el lector, más allá de sus creencias, puede identificarse fácilmente con los sentimientos y la necesidad de pertenencia. La evidente cultura y preparación de los autores otorga credibilidad a los relatos y explicaciones desafiando al más escéptico a poner en tela de juicio las palabras impresas en cada página.
En este libro se explican al lector de manera congruente las circunstancias bajo las cuales hay personas que se autodenominan vampiros y no tienen nada que ver con colmillos afilados, temor a los artefactos religiosos, alergia al ajo o capas negras ondeando bajo la luna llena. Aunque se aclara también que hay quienes gustan de adoptar estas creencias e incorporarlas a su estilo de vida más por cuestiones de pose que por convicción.
El arquetipo del vampiro puede ser atractivo para muchos pero no por eso pueden ser considerados como uno. Los juegos de roles han permitido a las personas vivir la fantasía de ser un vampiro pero hay quiénes lo han llevado demasiado lejos con peligrosos desenlaces. Estos juegos también han afectado a la comunidad vampírica al crear confusión entre realidad y mentira y transmitir la idea equivocada.
Vampiros del Siglo XXI no disipa todas las dudas pero es un excelente comienzo para aprender y comprender que los prejuicios son sólo nuestros miedos impidiéndonos avanzar. Este libro no debe faltar en la colección de aquellos que encontramos fascinante el tema de los vampiros y es muy recomendable para aquellos de mente abierta deseosos de aprender algo nuevo.
No pretendo convencer a nadie de la existencia de los vampiros psíquicos pero hay tantas cosas en este mundo para las que no tenemos explicación que sería arrogante y necio de nuestra parte asegurar que tantos miembros de la comunidad vampírica a nivel mundial están equivocados.
El tema del vampirismo siempre me ha resultado fascinante y es innegable la fuerte reacción que siempre ha causado a través de la historia. Todos somos libres de creer en lo que queramos y encuentro a la comunidad de los vampiros psíquicos mucho más organizada y creíble que muchas de las instituciones que hoy en día ni se cuestionan.
Reconozco el valor de los colaboradores de este libro por exponer sus creencias y se agradece. Por mi parte, prefiero a mis vampiros con colmillos afilados seduciendo a sus víctimas en la pantalla grande o chupando sangre entre las páginas de un libro.
La imagen utilizada es propiedad de Mike Watson Images UK Ltd

miércoles, 27 de junio de 2012

Brillantemente sombría


Las telenovelas tienen millones de seguidores en todo el mundo, en su mayoría mujeres que sueñan, sufren y se enamoran de la mano de la protagonista que debe vivir un sinfín de problemas antes de encontrar la felicidad al lado del hombre que ama. Comprendo la popularidad de las telenovelas y la fascinación que provoca la lealtad de los fans que las sintonizan desde el primer capítulo hasta el gran final cuando todas las penurias quedan atrás y el verdadero amor triunfa.
Parecerá extraño pero a mí nunca me han gustado las telenovelas, quizás sean las actuaciones exageradas o las situaciones absurdas que podrían aclararse si tan sólo los involucrados se sentaran a platicar sobre sus sentimientos. Claro que, de ser así, las novelas no tendrían decenas de capítulos o incluso prolongarse por décadas como en el caso de las norteamericanas.
Prefiero obtener mi dosis recomendada de romance y drama a través de un buen libro, de esta manera no me encuentro esclavizada a un horario en la televisión ni me veo forzada a aceptar al actor y a la actriz del momento como rostros de mis personajes favoritos. No voy a negar que intenté, en varias ocasiones, ver alguna que otra telenovela, casi siempre por recomendación pero sencillamente nunca logró ninguna captar mi atención y mucho menos mi devoción.
Quizás mi actitud habría sido otra si hubiera vivido en los sesentas, seguramente me hubiera enganchado con Sombras Tenebrosas, la telenovela gótica norteamericana que presentó un concepto diferente, innovador y, a mi parecer, adelantado a su tiempo. Vampiros, zombis, monstruos, brujas y hechiceros aparecían en esta telenovela que se transmitió en ABC de 1966 a 1971. Este original programa no sólo incluía fantasmas sino también viajes en el tiempo y un universo paralelo. Sombras Tenebrosas gozó de gran popularidad a pesar del escaso presupuesto y logró permanecer al aire más tiempo de lo que se hubiera esperado de un programa así en una sociedad que aún percibía el tema sobrenatural como tabú. Hoy en día los programas con esta temática sobran e incluso los hay aptos para toda la familia.
No es de extrañar que Johnny Depp, el excepcional actor con una fascinación por personajes excéntricos, se confiese fan de esta telenovela, incluso dijo en una ocasión que de niño quería ser Barnaby Collins, el vampiro interpretado por Jonathan Frid, y no podría haber un mejor director que el brillante Tim Burton para traer de entre los muertos a Sombras Tenebrosas y convertir en realidad el sueño de Depp.
El talentoso trío conformado por Tim Burton, su esposa, Helena Bonham Carter y Johnny Depp siempre garantiza una gran película y Sombras Tenebrosas no es la excepción. La visión única de Burton nos lleva al pequeño pueblo de Collinsport en los setentas, donde el vampiro Barnabas debe adaptarse a la modernidad tras haber estado encerrado durante dos siglos. Michelle Pfeiffer, Johnny Lee Miller y Chloë Grace Moretz son parte de un gran elenco cuya estrella es definitivamente Eva Green. La hermosa pero malvada bruja que se empeña en hacerle la vida imposible a Barnabas y al resto de su familia. Green nos muestra a una villana temible que se gana nuestra simpatía al mostrarnos su vulnerabilidad.
La película tiene momentos cómicos sazonados por el humor negro de Burton pero también transmite un mensaje de unión familiar, amor verdadero y repercusiones por cada acción que cometemos. La química entre Depp y Green es innegable y me atrevo a decir que nunca hubiera creído que algún coprotagonista pudiera opacar a Johnny pero en esta película sucedió lo impensable. Eva no sólo se mantuvo a la altura de Depp sino que fue más allá e hizo de Angelique, la bruja, uno de los mejores personajes que he visto en mucho tiempo.
Sombras Tenebrosas rinde tributo a las películas B, a la cultura pop y a Bela Lugosi de la manera más respetuosa y artística. Visualmente, cada cuadro de la película es una belleza gótica con un toque de nostalgia y la excelente musicalización no sólo nos transporta al pasado sino que refuerza la trama, en ocasiones de manera sarcástica. Otro éxito más de la mancuerna Burton-Depp que no pueden dejar de ver. Es oficial, Barnabas Collins es mi nuevo vampiro favorito y si acaso necesitaban algún otro incentivo para ver esta película, el incomparable Alice Cooper hace una aparición especial.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

miércoles, 20 de junio de 2012

Para hincarle el diente


Los vampiros parecen ser el tema de moda: libros, cómics, películas, caricaturas y videojuegos pero es innegable que este terrorífico personaje ha perdido su esencia maligna y lo invitamos a entrar en nuestros hogares sin reparo alguno. Desde chupasangres solitarios y deprimentes hasta peligrosos y sensuales, hay uno para cada gusto.
No creo que cuando Bram Stoker escribió Drácula haya imaginado que algún día las mujeres de todo el mundo soñarían con conocer a uno de estos enigmáticos seres y vivir con él un apasionado romance. El atractivo y misterioso hombre que resulta ser un vampiro es una fórmula ya comprobada para capturar la atención del público femenino. Este fenómeno quizás sea incomprensible para la mayoría de los hombres pero la fascinación que las mujeres tenemos por los vampiros es muy sencilla de explicar.
Un vampiro es la fantasía perfecta ya que se trata de un hombre guapo, inteligente, culto, de gustos refinados, cosmopolita, políglota y con un cuerpo excepcional, asumo que la dieta de sangre lo mantiene en el peso ideal. Lo mejor de todo es que los vampiros siempre parecen ser monógamos y, una vez que se enamoran, lo hacen para siempre y su entrega es total. Con estos parámetros, ningún mortal podría comparársele jamás a una de estas varoniles criaturas de la noche.
Las sensuales vampiresas tampoco se han quedado atrás pero la mayoría de sus personajes no resultaron tan cautivadores y poco a poco se quedaron en el olvido. Así fue hasta que vimos a Selene, la vampiresa interpretada por la guapa Kate Beckinsale en Inframundo. Esta exitosa franquicia que nos muestra la rivalidad entre Lycans y vampiros está llena de acción, romance y suficientes peleas para satisfacer las ansias de sangre de los fans de este género y atraer a más público masculino.
La más reciente entrega, Inframundo 4: El despertar, es una continuación directa de la primera parte ya que la segunda y tercera parte fueron precuelas. Esta película nos muestra a un mundo en el que los humanos saben de la existencia de los vampiros y los hombres lobo y, al sentirse amenazados por ellos, los persiguen sin cuartel con la intención de acabar con todos.
La trama no tiene grandes revelaciones y se echan de menos los pasajes que Selene suele narrar revelando siglos de historia sobre los vampiros pero el maquillaje, las escenas de acción y los efectos especiales fueron suficientes para mantenerme fiel a la franquicia. Inframundo 4 no es tan obscura como las primeras entregas y los vampiros en esta no parecen comportarse con tanta dignidad y clase, por no llamarle arrogancia, como lo hacían anteriormente, quizás se deba a que están siendo exterminados como si fueran ratas.
Las películas de Inframundo siempre son un deleite visual y cuentan con personajes fuertes y memorables que garantizan un buen rato pero esta entrega nos deja más preguntas que respuestas para los que ansiábamos darle seguimiento al romance vampiro-lycan. Hacia el final nos dejan claro que debemos esperar a la próxima parte para saber más.
Así que, aguardaré pacientemente a la siguiente entrega, todavía sigo esperando secuelas de Blade, Los muchachos perdidos, La hora del espanto, Del crepúsculo al amanecer, Los vampiros de John Carpenter, Déjame entrar, Vampire Hunter D, Van Helsing…
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

viernes, 15 de junio de 2012

50 Maneras de arruinar el romance


Es imposible aislarse de la publicidad a menos que seas un ermitaño viviendo en una cabaña en el bosque y aun así no sería de sorprender que deslizaran un volante bajo tu puerta o algún banner promocional volara sobre tu cabeza jalado por un aeroplano. Sería hipócrita de mi parte criticar el bombardeo de publicidad ya que llevo más de 10 años trabajando en esa área pero hasta yo tengo que reconocer que esto se está saliendo de control.
Las campañas publicitarias y las estrategias están cuidadosamente planeadas para incitar el interés del público en servicios y productos que no sabías que necesitabas hasta que los viste anunciados. Por eso hoy en día hay personas famosas por ser famosas y productos milagrosos que se venden como pan caliente a pesar de no cumplir con lo que prometen. Esto nos lleva a actores, películas, programas, músicos y autores sobrevaluados cuyo mayor atributo es contar con un excelente publicista que se ha encargado de convencernos que debemos comprar lo que venden.
Este fue el caso de la saga Crepúsculo, escrita por Stephenie Meyer, sé que los millones de adolescentes que hicieron millonaria a la autora no estarán de acuerdo conmigo pero a mí me parece el más claro ejemplo de un escritor sobrevaluado. Es innegable que creó una franquicia millonaria pero hace unos años, antes de la era del frenesí mediático, quizás sus libros habrían pasado desapercibidos.
El ejemplo más reciente es el de la última obsesión de la cultura Pop, 50 Shades of Grey, escrita por la productora de televisión británica E.L. James. Después de semanas de escuchar sobre el libro sucumbí a la tentación y lo leí. No pretendo criticar el estilo y la redacción como si fuera una profesional, esto sería injusto y pretencioso de mi parte pero como ávida lectora puedo sinceramente decir que jamás había leído algo tan molestamente repetitivo. La insípida protagonista, Anastasia, a quien sólo puedo comparar con Bella Swan si nunca hubiera conocido al vampiro Edward, hace gala de un limitado uso del lenguaje y de un pobre repertorio de expresiones. Esto no sería tan raro en una chica sin experiencia en la vida, como se describe en el libro pero la protagonista es una chica universitaria, apasionada de la lectura inglesa que aspira a trabajar en una editorial, así que no tiene sentido.
Es todavía más extraño que Christian Grey, un hombre guapo, joven, talentoso, inteligente, respetado pilar de la comunidad y con más dinero que Bill Gates y Mark Zucherberg juntos, se sienta atraído de inmediato por una joven que es torpe, despreocupada en su forma de arreglarse y tiene la personalidad de una polilla. Esta atracción queda justificada, de forma un poco forzada, cuando se nos revela que a Grey le encanta el sadomasoquismo y ha encontrado en Anastasia a la mujer perfecta para dominar.
Es aquí cuando hay un giro que podría ser interesante, Grey le entrega un contrato a Anastasia, si lo firma, estaría accediendo a ser su esclava sexual. La inocente, inexperta y asustada chica, bueno, creo que no tan asustada, le pide tiempo para pensarlo y comienzan una apasionada relación. Cabe mencionar que mientras sigue considerando si firma o no, debido a sus principios y a los sentimientos que tiene por él, no tiene problema alguno en permitirle que la domine en todos los aspectos, desde el sexual hasta su vida personal.
Christian Grey presume años de experiencia en el sadomasoquismo, asustándome incluso a mí como lectora pero las escenas entre él y Anastasia fueron bastante tranquilas y algunas poco imaginativas. El problema con este libro no son las preferencias sexuales, ni la narrativa, ni siquiera la desabrida protagonista, es la enfermiza relación que la autora pretende pasar por historia romántica.
Grey rastrea a Anastasia a través de su celular para saber dónde está en todo momento, le manda mensajes, e-mails y la llama varias veces al día, se enoja cuando ella sale con sus amigos, la obliga a comer cuando no tiene hambre y la dinámica entre ellos está plagada de restricciones impuestas por él. Lo peor de todo es que Anastasia, en vez de correr y alejarse, le pregunta una y otra vez “¿estás enojado?” porque teme perder al hombre que ama.
La película Nueve Semanas y Media, de 1986 nos mostraba una apasionada relación, intensa y un tanto peligrosa, entre Kim Basinger y Mickey Rourke que los hacía casi adictos el uno al otro. Quizás la autora quiso mostrarnos algo parecido en 50 Shades of Grey pero creo que en su lugar vemos una historia de acoso, abuso psicológico y físico que espero nadie tome como guía para tener una relación, sobre todo ahora que ya está contemplada la adaptación a la pantalla grande. Olvidaba mencionar que es una trilogía, así que podré seguir pasando corajes cuando lea la segunda parte. Debo leerla, tantos programas de televisión, listas de los más vendidos y anuncios en internet no pueden estar equivocados, los medios serían incapaces de engañarnos para agrandar sus bolsillos… eso es algo que sólo Anastasia creería.
La imagen utilizada es propiedad de Random House UK Ltd

miércoles, 13 de junio de 2012

¿Evolución = Revolución?


Los descubrimientos científicos han permitido mejorar el nivel de vida al encontrar curas para enfermedades que antes significaban una sentencia de muerte. Parejas que debían renunciar a su sueño de convertirse en padres ahora pueden someterse a tratamientos de fertilidad que les dan esperanzas. El tan criticado desarrollo de alimentos transgénicos podría en el futuro, en el mejor de los casos, ayudar a disminuir la hambruna en el mundo.
Quiero creer que estas investigaciones nacieron con las mejores intenciones pero el factor humano implica que hay riesgo de llevar las cosas demasiado lejos. Es por eso que se insiste una y otra vez en la ética y el imponer límites. Como defensora de los derechos de los animales condeno la experimentación en laboratorios con ellos. No me encadeno a las puertas de las compañías ni hago huelgas de hambre en señal de protesta pero he dejado de comprar los productos de las empresas que prueban sus productos en animales o financian experimentos de este tipo.
Quizás me resulte fácil hacer boicots económicos y juzgar estos experimentos porque veo las cosas de manera objetiva pero ¿si no fuera así? Desafortunadamente hay muchas personas cuya única esperanza es que los experimentos en animales sirvan para encontrar la cura para alguna enfermedad terminal de algún ser querido o de ellos mismos. Sólo puedo imaginar el sufrimiento de estas personas y la necesidad de creer en algo. Es aquí donde entro en conflicto, si se trata de salvar a alguien ¿entonces está justificado? ¿Será justo traer sufrimiento e incluso matar a un animal para salvar vidas humanas?
Este es precisamente uno de los temas que toca El planeta de los simios: revolución. Las críticas de esta precuela dirigida por Rupert Wyatt fueron lo suficientemente alentadoras como para animarme a verla en DVD y no me arrepiento. Nunca fui fan de la serie pero me gustó la película que dirigió Tim Burton en 2001, aunque debo admitir que estoy un poco prejuiciada porque soy su fan.
Este largometraje nos explica cómo comenzó todo, vemos todas y cada una de las acciones que llevaron a la raza humana a ser dominada por los simios. Por un lado tenemos los intereses económicos de una compañía, por otro lado a un científico que permite que sus sentimientos nublen su objetividad y por el otro a los pobres simios cuyo tormento comienza desde que son arrancados de los brazos de sus madres para llevar una vida de sufrimiento. Ya sea en un laboratorio o en un santuario pero encerrados y sin posibilidad de regresar a su hábitat.
En esta película vemos a todos los involucrados dejar la ética de lado aunque por razones muy distintas pero el temible desenlace era bastante previsible e inevitable. Cada acción que cometemos tiene una reacción, puede ser tan simple como tomar una calle diferente y llegar tarde al trabajo. Me parece bastante inocente, o quizás sea negación, el creer que se puede controlar todo, sobre todo cuando se trata de interferir con la naturaleza. Todo tiene consecuencias y una vez que comienza un proceso, rara vez puede ser detenido.
El planeta de los simios: revolución, resultó muy entretenida, llena de acción y con un gran mensaje. No faltaron los momentos tiernos y villanos que desearíamos ocuparan el lugar de los simios en las jaulas. Sorprendentemente buena, esta película nos muestra un futuro que, a juzgar por todos los avances científicos, no parece tan descabellado. La ambición, la soberbia y el desprecio por la vida son defectos terribles en la raza humana, quizás en eso deberían ponerse a trabajar los científicos, en crear humanos con mejores sentimientos.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

viernes, 8 de junio de 2012

Comienza el juego


Huellas digitales, identificación de ADN, rastros epiteliales y un sinfín de evidencias en la escena del crimen permiten apresar al culpable con más rapidez y eficacia que antes. Claro está que debe contarse con la tecnología y los recursos para aplicar las sofisticadas técnicas que, en teoría, facilitan la investigación.
Antiguamente los detectives debían hacer uso de su instinto, confiar en su ingenio, capacidad analítica y poder de observación. Las mentes entrenadas o más desarrolladas para realizar esta labor eran capaces de ver lo que era imperceptible para el ojo común. Analizaban la escena del crimen de manera exhaustiva y entrevistaban a todos los involucrados en busca de alguna pista.
Tal pareciera que hoy en día cualquiera que tenga acceso a los modernos recursos para procesar una escena del crimen podría resolver un misterio sin necesidad de una brillante deducción. Es por eso que los detectives famosos de la literatura siempre tendrán un lugar muy especial y continuarán fascinando por su gran inteligencia y valentía.
Desde Auguste Dupin, creado por Edgar Allan Poe, hasta Hércules Poirot de Agatha Christie, el ingenio de estos detectives, aderezado por un toque de arrogancia bien justificada, todos nos mantienen en ascuas esperando el desenlace, ese momento en el que revelan quién es el culpable y las pistas que los llevaron a descubrirlo.
Quizás el más famoso de estos detectives sea Sherlock Holmes y su inseparable amigo, Watson. Sir Arthur Conan Doyle creó un personaje que intriga y fascina al exhibir sus brillantes dotes para la deducción. Es única la manera en que tras unos segundos de observación es capaz de describir a una persona o situación simplemente al procesar la información rápidamente y llegar a la conclusión lógica. Resulta una contradicción que un personaje cuya vida se regía por la lógica haya sido creado por un hombre cuya creencia en hadas y afición por sesiones espiritistas le hayan valido incluso la burla de sus colegas.
Quizás no resulte tan difícil creer en espíritus que regresan de ultratumba después de leer La Casa de la Seda, escrita por Anthony Horowitz, quien parece canalizar el espíritu de Doyle al mantenerse sorprendentemente fiel a la historia original. Logra una novela llena de suspenso, intriga, deducción, labor investigativa y sospechosos inimaginables que no le pide nada a las escritas por Sir Conan Doyle. Sherlock Holmes y Watson vuelven a impresionarnos en este libro que, no sólo es un homenaje a su creador sino una emocionante novela con valor propio que utiliza recursos de la escritura contemporánea sin salirse de la época Victoriana.
La narrativa de Horowitz nos transmite una sensación casi Hollywoodense en la que podemos imaginar fácilmente su adaptación a la franquicia de Guy Ritchie si él lo quisiera. Las conspiraciones, las persecuciones y los temas a tratar se manejan con una crudeza y dinamismo que no hubiera sido posible, o quizás tan redituable, en una novela del siglo 19.
Numerosos autores han tomado a Sherlock Holmes como inspiración, ya sea para escribir una nueva aventura junto a Watson o crear un nuevo personaje claramente inspirado en el mítico detective pero pocos han logrado una novela tan memorable como La Casa de la Seda. Horowitz deja claro, página tras página, por qué la suya es la primera novela que el Patrimonio de Conan Doyle autoriza y avala oficialmente.
Si ya han visto hasta el cansancio computadoras que buscan huellas digitales en bases de datos y máquinas de laboratorios que procesan ADN, entonces cambien la tecnología por una mente analítica y un instinto inigualable. La Casa de la Seda tiene suficiente misterio y sospechosos de sobra para entretenerlos un buen rato.
La imagen utilizada es propiedad de Kapo Ng / Arthur S. Aubry / Getty Images / 2012 Hachette Book Group. Inc.

lunes, 4 de junio de 2012

Maneja y llévame contigo


Si le doy a Ryan Gosling un lugar y una hora a partir de ese momento y durante los próximos cinco minutos será mío, sin importar lo que haga. Parece el sueño hecho realidad de todas las mujeres en el planeta, desafortunadamente para obtener este trato preferencial hay que contar con una fuerte suma de dinero, un buen plan para cometer un delito y ser parte de la película Drive, adaptación de la novela de James Sallis, dirigida por Nicolas Winding Refn.
Drive es un clásico de culto instantáneo cuya sombría visión nos entretiene de manera brillantemente honesta. Esta película ha sido aclamada a nivel internacional no sólo por su dirección sino por sus efectos sonoros y un reparto que nos mantiene en tensión de manera inteligente. Los diálogos pasan a segundo plano dejando que la naturaleza de los protagonistas nos diga todo lo que debamos saber. La acción se maneja en pequeñas pero poderosas dosis que angustian tanto como emocionan.
Gosling es uno de los actores que mejor elige sus protagónicos y lo hemos visto a través de los años interpretar desde un adorable pueblerino con un amor imposible hasta un escalofriante neonazi mostrando así sus capacidades histriónicas. Tampoco se ha quedado atrás si de mostrar piel se trata ya que nos deleitó visualmente en Loco y estúpido amor y se le agradece.
En esta ocasión se transforma en un introvertido doble de películas que tiene gran habilidad tras el volante y sangre fría de sobra para ofrecer sus servicios como especialista en eludir a la policía tras un atraco. Su trabajo comienza en un punto de encuentro, maneja  como sólo él sabe y sus servicios no terminan hasta que su cliente escape sano y salvo, así de sencillo.
A pesar del peligroso estilo de vida del protagonista, el verdadero riesgo comienza cuando desarrolla una relación muy especial con su vecina, interpretada por Carey Mulligan, y su pequeño hijo. El apego que tiene por ellos y su deseo por protegerlos lo lleva a involucrarse en un trabajo que puede costarle todo lo que con tanto esfuerzo ha logrado.
Drive nos remonta a las películas ochenteras de principio a fin, la dirección, los montajes y la sonorización nos recuerdan las cintas de acción que sentaron las bases para el cine de hoy en día. La película puede resultar un poco lenta y sofocante para los que buscan persecuciones en coches y disparos sin parar. La belleza de Drive es precisamente que logra inspirar empatía con los personajes sin necesidad de contarnos toda su vida y mantenernos en tensión sin ver un dedo apretando el gatillo.
Esta película se esfuerza en entregarnos visualmente la trama de la historia y lo logra, nos regala una serie de imágenes que transmiten los sentimientos de los personajes. Drive tiene de todo, romance, violencia, traición, drama, acción y cada emoción es mostrada en su forma más cruda y honesta. Uno de los mejores thriller neo-noir que logra lo impensable: belleza y sofisticación en una película de acción.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

viernes, 1 de junio de 2012

El espejo se equivocó


Jacob y Wilhelm Grimm escribieron la mayoría de los cuentos de hadas más conocidos hoy en día. El éxito de sus historias y la relevancia que mantienen a través de las generaciones se deben no sólo a la extraordinaria imaginación que poseían capaz de atrapar a cualquier lector sino también al hecho de que a todos nos gustan los finales felices.
Cabe mencionar que su popularidad en la literatura infantil se debe a la censura de la época, si sus obras no hubieran sido condenadas por padres de familia, maestros y figuras religiosas, no las hubieran suavizado hasta el grado de que se convirtieran en las favoritas de los pequeños. Las obras originales representaban sin tapujos la crudeza de la cultura medieval, desde prejuicios y violencia hasta referencias sexuales explícitas.
Los incomprendidos Hermanos Grimm se vieron obligados a eliminar escenas como la del bien merecido castigo a la madrastra de Blanca Nieves en la que ésta era obligada a usar unas zapatillas de hierro ardiente al rojo vivo y bailar hasta la muerte. El recurso de la madrastra malvada debió emplearse nuevamente en Hansel y Gretel para justificar el abandono de los inocentes niños en el bosque ya que en la original era la madre biológica quién no tenía reparo en deshacerse de ellos.
La Cenicienta, Caperucita Roja, El gato con botas y muchas historias más pasaron por varios ajustes para convertirse en los cuentos clásicos que todos conocemos hoy en día. Hollywood no se quiso quedar atrás en cuanto a adaptaciones de estas obras y las ha comercializado a través de los años en la pantalla grande. En ocasiones ha acertado y en otras ha fracasado vergonzosamente.
Este año apostaron por dos adaptaciones de Blanca Nieves y, debo admitir que si he de quedarme con alguna de las dos tendría que ser la protagonizada por Charlize Theron. La versión con Julia Roberts como madrastra tuvo un buen grado de comicidad pero por momentos resultó tediosa y terminó sólo como una parodia aceptable del cuento clásico.
La película, Blanca Nieves y el cazador, nos presenta personajes fuertes y bien definidos que reflejan el espíritu de la época. Charlize Theron interpreta a la hermosa pero cruel madrastra que no se detiene ante nada para obtener lo que desea y mantenerse siempre bella. La guapa protagonista domina todas las escenas y nos regala una brillante actuación. Kristen Stewart interpreta a una Blanca Nieves valiente, decidida y aguerrida que no se deja intimidar fácilmente. Debo reconocer que en esta película apreciamos que no es tan mala actriz cómo pensábamos aquellos que la vimos en Crepúsculo. Aquí por lo menos la vemos cambiando ligeramente la expresión de su rostro para ver enojo, tristeza y alegría.
Chris Hemsworth es indudablemente guapo pero extrañé verlo con sus ropas de Thor. Su modesta vestimenta de cazador no lo hacía lucir tan imponente como cuando representa al Dios del Trueno, aún así logró convertirse en la contraparte necesaria para añadir tensión y dramatismo así como credibilidad a las pocas escenas de acción que tiene la película.
Los hermosos paisajes fueron el marco perfecto para esta historia y la inclusión de un buen número de referencias del folklore europeo añadió el toque mágico para hacerla visualmente atractiva. Aunque muchos espectadores saldrán decepcionados de esta película por esperar algo más apegado a la historia original, yo salí complacida por el resultado. Lo más objetable de la película fue que el espejo considerara más hermosa a Stewart logrando desatar la furia de Charlize y de todos los que pensamos que los gustos del espejo dejan bastante qué desear.
Theron creó una villana memorable, su poderosa actuación hace que la película sea digna de ver, aunque sea sólo por presenciar sus arranques de furia y hechizos malévolos. Adoro los finales felices y admito que me emocioné con el “beso de amor verdadero” que no puede faltar en los cuentos de princesas pero quizás no hubiera sido tan malo que el mal ganara en esta ocasión, por lo menos tendríamos suficiente para justificar una secuela.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.