Hay muchas películas de terror que al final resultan no ser tan terroríficas después de todo, algunas pierden su factor atemorizante por el bajo presupuesto, las malas actuaciones, un pésimo guión o todo lo anterior pero otras simplemente tienen un giro en la historia que demuestra que no debemos temer a todas las apariciones.
El
espinazo del diablo, dirigida por Guillermo del Toro y El orfanato, presentada también por el
director mexicano, son buenos ejemplos de películas cuyas revelaciones finales
nos llevan a sentir compasión por los espíritus en lugar de temerles. El Sexto
sentido logró impactar a la audiencia con la inesperada verdad sobre el
personaje interpretado por Bruce Willis aunque Los Otros, dirigida por Alejandro Amenábar, en mi opinión es mucho
mejor que la mayoría de este tipo de películas. Desde un principio sabemos que
algo no está del todo bien pero está tan bien hecha que la revelación final nos
estremece de pies a cabeza.
Es cómodo y fácil ver largometrajes predecibles que
aseguran finales felices y cierres satisfactorios para cada historia y
personaje pero prefiero las películas que me mantienen en vilo. Me encantan las
revelaciones sorprendentes y los giros en las tramas aunque en ocasiones me
hagan sentir como una tonta por no haberme percatado de la verdad a pesar de
las sutiles pistas que los directores acostumbran darnos en las películas.
Una de las películas más impactantes que he visto es Marebito, una película de terror
japonesa bastante escabrosa cuya revelación final resulta aún peor de lo que
suponíamos. No es apta para cardiacos ni para sentimentales pero si buscan una
historia sorprendentemente atemorizante no deben perdérsela. Otra muy
recomendable es la película francesa El
despertar del miedo. Cuando la vi, algunas personas que se encontraban en
la sala de cine decidieron marcharse en las escenas más sangrientas. Si no les
gusta el gore ni la vean pero si creen que ningún director de cine puede
engañarlos de principio a fin tienen que ver esta película y su angustiante
final.
La
noche del demonio es una película de terror, protagonizada
por Patrick Wilson, que bien puede contarse entre los largometrajes con
revelaciones finales que cambian nuestra perspectiva. Tiene un par de escenas
capaces de darnos un buen susto pero conforme avanza la historia nos damos
cuenta que no hay que temer a los espíritus sino a las habilidades de los
protagonistas que los meten en problemas al no saber controlarlas. No se dejen
llevar por el título en español que no tiene nada qué ver con la trama.
El mezclar viajes astrales con elementos típicos de
películas de terror obtuvo muy buenos resultados. La historia es tan
interesante que no hubo necesidad de exagerar con apariciones terroríficas ni
sangre que sale a borbotones de las víctimas. No sólo fue en éxito con los fans
del género sino que fue la película más redituable del 2011 y la secuela no se
quedó atrás. Consiguió el primer lugar en taquilla en el fin de semana de
estreno y los números siguen subiendo.
La
noche del demonio 2 comienza con un flashback de la infancia
de Josh y vemos a Elise, la médium que fallece en la primera entrega, ayudando
al pobre niño a lidiar con sus viajes astrales involuntarios. No tardamos en
volver al presente donde la esposa de Josh está siendo interrogada en relación
a la muerte de Elise. Vemos a la familia Lambert intentando lidiar con lo
sucedido para retomar sus vidas después del traumático episodio que vivieron. Desafortunadamente,
los extraños fenómenos no tardan en regresar pero esta vez no todo es tan
sencillo como parece.
La
noche del demonio 2 no es una película típica de terror, no
busca asustar al espectador con apariciones repentinas o violencia extrema.
Estamos acostumbrados a las historias sobre espíritus, fantasmas, demonios y
todo tipo de criaturas que vienen del más allá a asustarnos y nos causan temor
porque invaden nuestro espacio, nuestro mundo, nos atacan en nuestro territorio
pero ¿qué pasaría si fuera al revés? Que en lugar de recibir visitas no
deseadas fuéramos nosotros los visitantes en un terrorífico lugar.
En la primera entrega nos asustaron con la idea de ir y
venir del más allá con todo lo que eso implica pero esta secuela lo explica con
más detalle. Para aquellos que no sepan mucho sobre viajes astrales, planos y
almas perdidas puede resultar un poco confuso pero si se tiene conocimiento de
esto la película puede resultar incluso predecible. No por esto quiero decir
que es mala sino todo lo contrario, la secuela se entrelaza con la primera
entrega de manera que todo tiene sentido. Amarra todos los cabos que quedaron
sueltos en la primera parte, incluso los que ni siquiera sabíamos que existían.
La
noche del demonio 2 es una gran película que se debe ver con
mente abierta y con mucha ganas de dejarse asustar que a fin de cuentas es así
cómo debe disfrutarse una película de terror. El éxito de ambas entregas dejó
al público queriendo una tercera pero el director James Wan hizo un trabajo tan
bueno que francamente no imagino cómo podría haber una más, por lo menos no con
la familia Lambert pero es un tema que se puede explotar mucho más.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película
y es propiedad de la productora.
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