martes, 19 de noviembre de 2013

El Dios de las películas

 
Para los que somos fans de los súper héroes y, sobre todo de Marvel y Stan Lee, las mega producciones cinematográficas que han llevado a nuestros personajes favoritos a la pantalla grande son un sueño hecho realidad. Estas películas son grandiosas en muchos aspectos, no sólo por las cuestiones técnicas sino por los ingeniosos guiones, el excelente trabajo de casting y los visionarios directores que se han encargado de los proyectos.
Para algunos podría parecer que no se necesitaría ser un genio para asumir que estas películas serían todo un éxito en taquilla pero es todo lo contrario. En realidad los estudios se han arriesgado a meterse con personajes que tienen legiones de seguidores desde hace varias generaciones. No es fácil de por sí tomar un súper héroe e intentar hacerle justicia con un largometraje, exponerse a la crítica excesiva de los fans y aspirar a ser parte de una tradición de años pero los estudios han ido más allá y se han atrevido a reinventar a los personajes.
Los productores no han tomado decisiones sin pensarlas, tomaron riesgos calculados y valieron la pena, incluso en ocasiones han logrado sobrepasar al personaje original como en el caso de de Iron Man, su apariencia se ha modificado en cómics y caricaturas para ser similar al Tony Stark interpretado por Robert Downey Jr. En un principio no estaba muy convencida con la elección de este actor para interpretar el papel pero bastaron unos minutos de la primera entrega para aceptarlo por completo.
Reconozco que casi en todas estas adaptaciones me ha pasado lo mismo, en cuanto se hace el aviso oficial del actor a interpretar el papel principal encuentro objeciones con el casting y esta es la reacción casi general de los fans de este género. No es que seamos muy críticos en este aspecto sin justificaciones válidas sino que los súper héroes son personajes tan queridos y tan vivos en nuestras mentes que nos cuesta trabajo aceptar de inmediato a cualquier actor que sea elegido para estos roles.
El único actor que me convenció sin siquiera haberlo visto en personaje es el actor australiano Chris Hemsworth. Admito que no tenía idea de quién era, jamás había escuchado sobre él pero en cuanto vi su foto en internet pude imaginarlo fácilmente con el traje de Thor, Dios del trueno. Quisiera decir que aprobé la elección de casting por un sinfín de razones basadas en lo que sé del personaje de Marvel pero la realidad es que sólo se debió a que el guapo actor luce por sí solo como un dios nórdico salido de las fantasías de cualquier mujer.
La película Thor se estrenó en 2011 y fue un éxito en todos los aspectos, no sólo en taquilla sino que contó de inmediato con la aprobación de los fans. Hemsworth demostró que nació para interpretar al orgulloso asgardiano que cautiva a la Dra. Jane Foster. Nunca creí que pudiera encontrar tan atractivo a un hombre que se defiende a martillazos pero ver a Thor en acción me hizo desear que llegaran más enemigos sólo para seguir admirando su musculatura.
La segunda entrega, Thor: Un mundo oscuro, era una de las más esperadas de la franquicia de The Avengers, no sólo por el éxito arrollador de la primera sino porque se esperaba que viniera a arreglar el daño que hizo Iron Man 3 al ser una decepción. Thor lo logró nuevamente, acudí al estreno en 3era dimensión y es de las mejores que he visto. La magia de la primera película está presente en esta segunda e incluso va más allá al mostrarnos otros mundos y villanos.
No podía faltar el humor característico de esta franquicia y la química entre Jane y Thor no disminuyó en lo más mínimo a pesar del tiempo que pasaron distanciados. Esta película comienza con la historia de un antiguo enemigo que planeaba destruir al universo con un arma llamada Aether. El abuelo de Thor logra vencerlo y esconder el arma para que nadie más pueda utilizarla.
Muchos años después es precisamente Jane Foster la que se topa por accidente con esta arma y se infecta con ella. Cuando Thor se entera que su amada está en peligro la lleva a Asgard para ayudarla. Lo que debió ser para Jane una visita al reino del hombre que ama se convierte en una batalla que se libra en varios mundos. En un giro en la trama, el genial Loki, quien se encuentra preso como castigo por los problemas que ocasionó en su última visita a la tierra, debe unirse a Thor para salvar no sólo a Jane sino a todo el universo.
Esta película tiene de todo: portales dimensionales, acción al por mayor, enemigos memorables, destrucción a gran escala, rivalidades, romance, personajes entrañables y una gran escena donde lentamente muestran el torso desnudo de Thor. Podría pensarse que es una escena innecesaria pero es básica para la trama ya que es justo aquí cuando Thor piensa cómo puede salvar a Jane y esa es suficiente justificación para mí.
Thor: Un mundo oscuro demuestra que las segundas partes no sólo pueden ser buenas sino grandiosas, si son fans de esta franquicia no se la pueden perder, si no lo son les aseguro que después de verla lo serán. No olviden estar atentos a la siempre esperada aparición de Stan Lee y quedarse hasta el final para la escena después de los créditos ya que ésta da claves importantes para saber lo que está por venir en la segunda entrega de The Avengers.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.
 
 
 

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