viernes, 24 de mayo de 2013

¿Qué voy a hacer con las dos horas que perdí?


Todas las relaciones tienen sus problemas, ya sea que estemos hablando de familiares, amigos, compañeros de trabajo o parejas. Por lo general se debe trabajar para resolver los conflictos y llegar a ciertos acuerdos para rescatar la relación si es que vale la pena ser salvada pero si la dinámica entre dos personas se deteriora al punto en que se convierte en una relación tóxica lo mejor es cortar por lo sano.
Hoy en día hay terapias para todo tipo de relaciones y aunque siempre he creído que todos nos podríamos beneficiar de unos cuantos consejos de los supuestos expertos el consultarlos no es garantía de que los problemas desaparecerán. En ocasiones se logran acuerdos y en otras parece que simplemente a las partes involucradas deja de importarles qué tan dañada está la relación y se resignan a vivir de esa manera, lo aceptan como si fuera un destino del cual no pueden escapar.
Conozco a muchas parejas que funcionan de esa manera. Incluso parece que ni siquiera se agradan entre ellos, todo parece terminar en discusión y caminan por las calles con una cara que parece decir “¡Quisiera estar muerto!” Cada integrante de la pareja se queja por su lado con familiares y amigos sobre los defectos de su media naranja y aseguran que su infelicidad es culpa de la otra personas.
Uno de los mejores consejos que me han dado es nunca quejarme con familia y amigos de todas aquellas idiosincrasias de mi pareja que pueden llegar a desquiciarme o los pequeños pleitos que inevitablemente surgen porque, más tarde cuando ni siquiera recuerde por qué me molesté y mi pareja y yo estemos tan contentos como siempre, mis seres queridos, a los que importuné con mis comentarios, aquellos con los que me desahogué de mi infortunio ya no verán con los mismos ojos al hombre que está a mi lado.
Ese es uno de los mayores errores que las personas cometen, si se encuentran en una relación que vale la pena y se espera que continúe el mayor tiempo posible, lo mejor es no ventilar todas las intimidades con conocidos y dirigirse al terapeuta más recomendado que podamos encontrar.
¿Qué voy a hacer con mi marido? Es una película protagonizada por Meryl Streep y Tommy Lee Jones que nos muestra el deterioro de la relación de una pareja tras un matrimonio de 30 años. La premisa de la película era buena y los actores principales garantizan una buena actuación. La película, basándome en los cortos y la intervención de Steve Carell como un terapeuta familiar, me pareció que sería una divertida comedia con un poco de drama.
Lo que en realidad vi fue bastante decepcionante, más bien se trataba de un lento y deprimente drama con un par de escenas medianamente cómicas. Al principio de la película nos muestran a un matrimonio que ha caído en una aburrida rutina, todos los días son iguales y aunque la esposa parece en algún momento despertar de su letargo y darse cuenta de la situación tarda un buen tiempo en intentar hablar con su esposo para arreglar la relación.
Cuando finalmente decide hacer algo al respecto arrastra a su marido a una terapia de una semana con el experto en relaciones, Dr. Feld, interpretado por Carell. Los guionistas tenían la oportunidad perfecta para crear divertidas situaciones basadas en los ejercicios que el doctor les dejaba diariamente para reconstruir su relación pero fueron desaprovechados. Por momentos parece que Tommy Lee Jones quiere aportar el toque cómico pero los diálogos de la película simplemente lo frenan.
Las sesiones del matrimonio poco a poco dejan entrever problemas mucho más serios de los que nos mostraron al principio y la empatía que se esperaría que el público debiera tener con los personajes no se da. Incluso llega un momento en la película en que hasta los espectadores nos damos por vencidos con el aburrido matrimonio y estamos convencidos de que lo mejor es que se divorcien y que termine la película.
Es una lástima que se haya desperdiciado el talento de dos de los mejores actores en Hollywood. Resulta absurdo que sus habilidades se hayan visto incluso limitadas con un guión tan superficial que no logra adentrarse en los verdaderos problemas de la pareja. Me cuesta trabajo creer que estos actores hayan aceptado participar en la película después de leer el guión.
Quizás esté equivocada, tal vez los problemas de pareja se pueden arreglar de un momento a otro sin necesidad de platicarlos o trabajar en ellos. Lo único que se necesita es una semana de pláticas con un doctor sin personalidad y llorar en silencio hasta que la pareja haga exactamente lo que esperamos de ella. Eso es lo que esta película muestra y espero que ninguna persona con problemas maritales la tome en serio.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

El lado humano de un súper héroe


Desde niña he sido fan de los súper héroes, unos me gustaban más que otros pero me encantaba seguir sus aventuras en cómics y caricaturas por televisión. Recuerdo que uno de los súper héroes que menos encontraba atractivo era Iron Man. Me gustaba su traje y la manera en que volaba y atacaba a los malos pero toda la cuestión militar, la seriedad de Tony Stark y sus problemas cardiacos no me resultaban entretenidos.
Cuando me enteré que estaban por filmar una película sobre Iron Man y que Robert Downey Jr. era el elegido para representar a Tony Stark no estaba muy emocionada. No sólo porque me parecía difícil igualar el éxito de las películas de Spider-Man, mi súper héroe favorito, sino porque Downey era un actor más conocido por su pasado turbulento que por la calidad de sus películas.
Iron Man es parte de la exitosa franquicia de The Avengers que incluye a Thor, Capitán América y The Hulk, cada entrega ha sido éxito de taquilla y me cuento entre sus fieles seguidores. La película The Avengers es, en mi opinión, una de las mejores películas de acción de todos los tiempos y me atrevería a decir que la mejor en el género de Súper Héroes.
Con sólo ver los cortos de Iron Man supe que esa película nos cerraría la boca a todos los detractores de Downey y que este súper héroe ganaría millones de seguidores. Downey logró lo impensable con Tony Stark, lo convirtió en un hombre interesante, atractivo y emocionante. Stark resultó tan impresionante como su alter ego y después de la primera película los hombres fantaseaban con llevar la vida de Stark y las mujeres con llevárselo a la cama.
La segunda entrega de Iron Man no decepcionó y Mickey Rourke, en su papel de Ivan Vanko, fue de lo mejor de esta secuela. Con estos antecedentes y después de The Avengers estaba más que lista para ver por tercera ocasión a Tony portar el traje metálico y acabar con nuevos villanos. Estaba convencida de que nada podía salir mal pero me equivoqué.
Reconozco que esta mega producción está bien escrita y que tiene suficiente acción para satisfacer la sed de pelea de los espectadores pero no tiene el encanto de sus predecesoras. En Iron Man 3 vemos a un Tony Stark que lucha con el trastorno de estrés postraumático provocado por la intensa experiencia que vivió en The Avengers. Este aspecto de Stark puede resultar interesante pero no parece recomendable para ser el tema central de una película dirigida a un público que espera ver derroche de adrenalina en pantalla.
Asumo que en esta película se nos quiso mostrar el lado humano de Stark y evidenciar que lo que lo hace súper héroe no son sus trajes y sofisticadas armas sino sus valores y cualidades. Todo eso está bien pero si voy al cine a ver a un súper héroe espero ver peleas, disparos, trajes vistosos y acción constante no a un hombre que lidia con problemas como estrés e inseguridad.
Se dice que uno de los peores, y más desesperados, recursos de los escritores de cine y televisión es la inclusión de niños que se vuelven una especie de compañero improbable del protagonista y, desgraciadamente, eso fue lo que sucedió en esta película. Aunque se intentó darle un toque humorístico a la relación entre Stark y Harley, el niño que comparte tiernos e irritantes momentos con nuestro héroe en pantalla, resulta increíble que un genio multimillonario, dueño de una empresa multinacional y con miles de empleados a su disposición necesite la ayuda de un niño inseguro al que molestan en la escuela.
Tampoco ayuda mucho a la película el que le dieran más escenas de acción a Pepper, interpretada por Gwyneth Paltrow, a quien la revista People convenientemente nombró “La mujer más bella del mundo” en la semana del estreno de la película. Esta actriz, aunque es guapa, difícilmente es la más bella, se me ocurren cientos de actrices mucho más bonitas y con mejor personalidad. La insípida actitud de Paltrow se refleja en Pepper y resulta desconcertante el que un hombre como Stark esté tan enamorado de ella.
Quizás estoy siendo demasiado dura con esta película pero no podía esperar menos que la excelencia en una entrega de esta franquicia que nos tiene acostumbrados a salir del cine deseosos de ver la película nuevamente por lo buena que estuvo. Por eso creo que mis críticas están justificadas pero también comprendo que una mala entrega no significa que las siguientes serán iguales. A pesar de todo no me arrepiento de haberla visto y estoy segura que habrá quiénes la encontrarán emocionante y emotiva por los valores que promueve. Mi lealtad hacia la franquicia está intacta y en cuanto salga la secuela de Thor ahí estaré lista con mis palomitas y mi refresco.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

jueves, 25 de abril de 2013

Lo mejor de dos mundos


Hace unos meses leí un reportaje acerca del renaciente interés por los zombies en la cultura pop. Se mencionaba la reinvención del tema y se explicaba con asombro lo exitosas que han resultado las nuevas adaptaciones a cine y televisión. No entiendo por qué la popularidad del fenómeno zombie les causa desconcierto a algunos, para los que somos fans de este concepto desde hace años no es ninguna sorpresa.
Los zombies han hecho innumerables apariciones en películas B que, a pesar de ser altamente criticadas, gozan de una enorme cantidad de seguidores que han permanecido fieles al género durante décadas. De la misma forma en que los vampiros y los licántropos regresan a la pantalla grande para cautivar a nuevas generaciones los zombies hacen lo suyo al ganar terreno sin necesidad de cursis historias de amor o protagonistas tan atractivos que parecen salidos de una pasarela.
Los zombies son seres espantosos, putrefactos, con miembros faltantes y órganos saliendo de sus cuerpos. En algunas versiones caminan lenta y torpemente mientras en otras corren ágilmente e incluso poseen cierto nivel de inteligencia que los hace más letales. Los desafortunados humanos que deben enfrentarse al apocalipsis zombie no pierden tiempo en verse bien o en conseguir un sofisticado armamento, simplemente actúan lo más rápido posible para escapar de los muertos vivientes, improvisar un arma con lo que encuentren y procurarse un vehículo de escape.
Hay que reconocer que con el tiempo la fórmula de las películas de zombies se volvió un tanto predecible y repetitiva. Siempre comenzaban con la normalidad de la vida diaria, se desataba el caos, las circunstancias llevaban a un puñado de desconocidos, lo más variado posible, a unirse e intentar sobrevivir. No tardaban en aparecer las diferentes aportaciones de los miembros según sus particulares habilidades y nunca faltaban el eterno pesimista, el lastre, el líder nato y el que se sacrifica por alguno de sus compañeros.
The Walking Dead es una extraordinaria serie de televisión que demostró que las tramas en el género zombie no sólo incluyen la búsqueda de comida y refugio mientras huyen de sus monstruosos perseguidores. Esta serie adaptada del cómic del mismo nombre ha roto récords de audiencia y ha recibido numerosas nominaciones por actuación, edición y efectos especiales entre otros. Sus escritores han logrado crear un ambiente de tensión no sólo por la amenaza de los muertos vivientes que con una sola mordida sellan el destino de los protagonistas sino por la profundidad de los personajes y la complejidad de las relaciones entre ellos.
No todas las críticas son buenas, en ocasiones se le ha considerado a esta serie un poco “telenovelesca” por incluir triángulos amorosos y traiciones dentro del grupo de sobrevivientes pero el aspecto humano de esta serie es lo que la caracteriza y la sitúa en una categoría diferente al resto de las historias situadas en un apocalipsis zombie. Siguiendo esta línea, hay un autor que fue incluso más allá y decidió contar, desde su punto de vista, cómo hubieran lidiado con los zombies en la Inglaterra de principios del siglo XIX.
Seth Grahame-Smith, mejor conocido por ser el autor de Abraham Lincoln, Caza Vampiros, novela recientemente llevada a la pantalla grande, se atrevió a inyectar una buena dosis de muertos vivientes en una novela clásica de Jane Austen dando como resultado: Orgullo y Prejuicio y Zombies. Para algunos el concepto puede resultar extraño pero en cuanto vi el libro pensé “Literatura clásica inglesa y zombies, debe ser un gran libro” y no me equivoqué.
Aunque por momentos nos parece estar leyendo palabra por palabra el libro de Austen con menciones de zombies aquí y allá es impresionante la facilidad con que aceptamos la realidad de ese universo alterno en el que Elizabeth Bennet es una gran guerrera cuyas habilidades para acabar con innombrables, así les llaman a los zombies en esta novela, son reconocidas en la campiña inglesa.
Todos los personajes y pasajes de Orgullo y Prejuicio aparecen en este libro sólo que deben lidiar con zombies que entran sin invitación a las reuniones sociales y que atacan los carruajes en los que las mujeres se aventuran a salir para conseguir marido. El recato, los buenos modales, el cortejo y la importancia de la reputación no se olvidan en ningún momento pero a estas virtudes se agrega el dominio de las artes marciales y el manejo envidiable de una katana.
Un libro recomendado para todos los románticos que aprecien una buena pelea con zombies. Una lectura original y divertida que se las ingenia para incluir ninjas y trampas hechas con coliflor para atraer innombrables en las complicadas relaciones amorosas de las hermanas Bennet.
La imagen utilizada es propiedad de la Editorial.

viernes, 19 de abril de 2013

Los G.I. Joe no serán vencidos


Hace cuatro años cuando fui a ver G.I. Joe, El origen de Cobra, no tenía duda de que vería explosiones, disparos, vehículos asombrosos y sofisticadas armas militares, no esperaba mucho de la trama pero fui gratamente sorprendida al encontrarme también con una gran trama y personajes carismáticos. Me pareció una excelente manera de refrescar la franquicia y presentársela a nuevas generaciones. Esta película incluso logró convertir a Channing Tatum y a Marlon Wayans en actores de acción. A pesar de que el primero puede resultar aburrido en pantalla y el segundo parece especializarse en comedias simplonas.
Las películas de acción quizás no ganen premios por actuación y guión original pero son unas de las que generan las mayores ganancias. Por eso los estudios deben apresurarse a filmar las secuelas para mantener el interés del público y capitalizar al máximo estas franquicias. Hay películas cuyas secuelas generan más expectativa que otras y, por lo general, son aquellas que tardan más años en realizarse al tratarse de grandes producciones.
No es ningún secreto que G.I. Joe: La Venganza contó con menos presupuesto que su predecesora y se nota hasta cierto punto. Desde que vi los cortos no estaba muy convencida, sobre todo porque en tan sólo unos segundos, y con menos munición a la que estas películas nos tienen acostumbrados, acaban con casi todos los Joe, incluyendo a Duke. Después de lo mucho que se esforzaron por convencernos en la primera parte que Channing era un buen protagonista, resultaba extraño que apareciera sólo unos minutos en pantalla en la continuación.
En los cortos se veía también que prescindieron de Wayans y muchos otros que no se echan de menos, afortunadamente no fue el caso con Snake-Eyes y Storm Shadow cuyos enfrentamientos siempre son emocionantes. La presencia de Bruce Willis en esta secuela, cuyas mejores épocas cómo actor de acción parecen haber quedado atrás, sugería un poco de desesperación por compensar el bajo presupuesto.
Dwayne “The Rock” Johnson fue el actor elegido para el protagónico. Su carisma y su gran personalidad son innegables, sólo falta ver la adoración del público cuando se encuentra sobre el cuadrilátero para darse cuenta de lo popular que es. Desafortunadamente no logra transmitir esa misma magia a través de las pantallas de cine. Aun así, su gran físico, su característica expresión al levantar la ceja y su cautivadora sonrisa siempre atraen al público. The Rock es un actor medianamente bueno cuya personalidad compensa cualquier falla que pueda tener. Es difícil decir algo negativo acerca de él.
G.I. Joe: La Venganza fue destrozada por la crítica, muchos la tacharon de tonta e insípida. La acusaron de abusar de recursos violentos y de escenas de destrucción a gran escala. Hay quienes incluso la catalogaron como basura y falta de creatividad. Esta película debutó con ganancias por debajo de su predecesora por un pequeño margen, aun así, fue todo un éxito de taquilla y estuvo en primer lugar de audiencia.
Los críticos tienen razón hasta cierto punto pero eso es porque están juzgando esta película bajo lineamientos erróneos para este tipo de filmes. Cuando asistimos a una película de acción queremos ver explosiones absurdas, destrucción masiva, actos heroicos poco creíbles y villanos que en ocasiones causan más risa que miedo. No me avergüenza admitir que me gustó G.I. Joe: La Venganza. Me pareció muy entretenida y la pelea con ninjas en lo alto de una cordillera es de lo más emocionante. ¿Qué importa que no tenga mucho sentido? ¿Cuál es el problema de que algunos aspectos de la trama no sean lógicos?
Estas son cuestiones que no deben analizarse en este tipo de películas. Fueron hechas para entretener no para ganar premios en el Festival de Cannes. Van dirigidos a niños, adolescentes y adultos que quieren olvidarse de la vida diaria y pasar un buen rato disfrutando de un refresco con demasiadas calorías y unas palomitas con suficiente mantequilla para disparar nuestros niveles de colesterol por los aires. Porque de eso se trata precisamente ir al cine, de pasarla bien por un par de horas sin pensar mucho al respecto.
G.I. Joe: La Venganza es una de muchas películas de acción que han sido altamente criticadas por aquellos que simplemente no saben cómo disfrutar las cosas por lo que son. Definitivamente recomiendo cualquier película que mantenga ocupado a Bruce Willis para que no filme más secuelas de Die Hard y que ni se le ocurra acercarse otra vez a Los Indestructibles.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

lunes, 15 de abril de 2013

Traicionando a los lectores


Danielle Steel es una de las autoras contemporáneas más conocidas, las tramas de sus novelas, que usualmente nos muestran dramas a los que familias adineradas se enfrentan, resultan en libros de fácil y entretenida lectura que pueden leerse de corrido en una tarde lluviosa. No por nada se ha ganado el primer lugar en bestsellers como autor con vida y el cuarto lugar de todos los tiempos con más de 800 millones de copias vendidas.
Steel es capaz de crear elaboradas intrigas y engaños, por lo general sus personajes son víctimas de chantaje o fraudes y más de uno terminan suicidándose. El deseo de venganza y la ambición desmedida son elementos típicos de sus historias y, a pesar de que la fórmula parece un tanto gastada, sigue funcionando.
Las novelas de Steel son ligeras, sin muchos giros o vueltas inesperadas pero el entorno en el que coloca a sus personajes, las vívidas descripciones de sus estilos de vida y la falta de escrúpulos con la que se llevan a cabo planes siniestros son garantía de un buen rato. Sus libros son los ideales para llevar de viaje o para leer en la playa durante el bronceado.
Su talento e ingenio es innegable pero con el tiempo sus novelas se han vuelto un tanto predecibles. Siguen siendo muy entretenidas y están muy bien escritas pero faltan elementos inesperados que tomen al lector por sorpresa y le dejen ver que aún hay muchas buenas ideas en la mente de Danielle Steel.
A través de los años sus fieles lectores se acostumbraron a comprar sus novelas simplemente por tratarse de ella, no porque la trama los intrigara. De alguna manera me pasó lo mismo y eventualmente dejé de adquirirlos porque me encontraba con muchos otros autores que parecían prometer algo más interesante. Algunos me decepcionaron y otros se ganaron una seguidora más.
Hace unos días me topé con Betrayal, una de las más recientes novelas de Steel. Fue escrita en 2012 y llegó al tercer lugar en la lista de los más vendidos de New York Times. No quise leer las críticas para no ser influenciada y así darle otra oportunidad. Desde un principio tiene todas las características de una novela de Steel al hablarnos del estilo de vida de los ricos y famosos creando así un escenario ideal para una buena intriga.
Conociendo su estilo, sabía que no debería pasar muchas páginas antes de que el personaje principal, Tallie, una famosa y talentosa directora de cine en Hollywood fuera traicionada por alguien de su círculo de confianza. La canallada se reveló casi desde un principio y los posibles sospechosos fueron interrogados de inmediato. El golpe bajo sucedió tan pronto que ni siquiera tuvimos tiempo de identificarnos con los personajes o de sentirnos decepcionados de la traición que cometieron.
La trama se volvió predecible y repetitiva, los diálogos parecían consistir en contarse unos a otros lo que estaba sucediendo una y otra vez. No hubo nada excitante sobre las investigaciones que el FBI realizaba para dar con el culpable y la vida de Tallie se tambaleó más por cuestiones personales que por la traición que se suponía era la trama central del libro.
Hacia la mitad del libro yo ya tenía resuelto todo el misterio, no hubo ningún enredo ni complicación así que creí que de pronto surgiría un nuevo elemento que daría la vuelta al caso y abriría una nueva línea de investigación, quizás un nuevo personaje o algún descubrimiento asombroso pero no fue así. Todo comenzó y terminó muy pronto: traición, investigación, culpable, castigo, final feliz. Todo esto sucedió faltando una tercera parte del libro, el resto fue sólo relleno tedioso de una relación que todos vimos venir.
A pesar de la débil trama y los personajes planos es, al fin y al cabo, un libro típico de Danielle Steel en el aspecto de que no podemos dejar de leer, sólo que en este caso fue porque seguíamos esperando que algo interesante sucediera. Lamento admitir que este es uno de los libros más flojos de Steel pero nada despreciable si necesitas entretenerte abordo de un camión o quieres una lectura ligera antes de dormir. Si lo que quieres es una lectura emocionante e inteligente te recomiendo que leas alguna de sus novelas más antiguas.
La imagen utilizada es propiedad de la Editorial.

viernes, 5 de abril de 2013

El primer pasajero


Al crecer en los ochentas me tocó ver una cantidad considerable de malas películas de terror, algunas se volvieron clásicas y de culto y otras pasaron sin pena ni gloria. Los directores debían encontrar maneras de asustar al público sin depender del maquillaje y los efectos especiales que en esa época eran un tanto deficientes.
En muchas películas la fórmula típica era crear suspenso con una escena de relativa calma en la que la música nos avisa que todo está a punto de cambiar. Aunque sabíamos que en cualquier momento saldría el monstruo/asesino/fantasma/mutante siempre nos daba un buen susto.
Otra fórmula muy empleada en ese tipo de películas que puede disimular la falta de producción es la obscuridad. He visto infinidad de películas de terror con escenas tan obscuras que es difícil ver lo que sucede. En ocasiones no tenemos ni idea de lo que sucede pero se aprecian ciertos movimientos y se escuchan gritos. Por instantes vemos sombras y texturas que dan la idea de una lucha y aunque seguimos sin saber qué está pasando es suficiente para comprender que es algo malo y que los protagonistas están en peligro.
Una franquicia que se valió mucho de este recurso es Alien, estas películas de ciencia ficción de terror nos emocionaron y dieron pesadillas por igual. El interior frío y estéril de la nave espacial fue el escenario perfecto para el temor y la paranoia que se iba apoderando de los tripulantes ante la amenaza de un pasajero desconocido. Los pasillos obscuros con cables chispeantes que permitían ver sombras desplazándose rápidamente nos ponían los nervios de punta.
Después de una buena dosis de suspenso y escenas demasiado oscuras para ver bien al octavo pasajero nuestra paciencia fue recompensada con uno de los mejores diseños de extraterrestres. El escultor y pintor surrealista H.R. Giger fue el encargado de crear a Alien, su estética posee una aterradora belleza, muestra de la genialidad con la que diseña sets de filmación. Sus criaturas biomecánicas son reflejo de los más obscuros rincones de su mente, algo que él admite orgullosamente.
Sus creaciones provocan reacciones extremas, hay quienes las encuentran horribles y enfermizas pero otros las consideran eróticas e hipnóticas. Las películas de la serie Alien quizás no hubieran sido tan exitosas de no contar con los diseños de Giger y aunque las primeras entregas fueron más populares es indudable la lealtad de los fans a la franquicia.
Prometeo es la séptima entrega de esta serie de películas que se estrena 34 años después de la primera parte. Como las precuelas están de moda en Hollywood esta no es la excepción y Prometeo nos lleva al inicio de todo, aunque sus creadores insisten en que sólo precede a los eventos de la película original y que no está conectada directamente con ella aunque sí tiene rastros de ADN de la criatura que todos conocemos.
Ridley Scott y James Cameron pueden decir lo que quieran pero para los que llevamos décadas siguiendo las andanzas de los Aliens no tenemos motivo para dudar que sea una precuela. Prometeo nos recuerda por qué la ciencia ficción puede ser espeluznante. Los paisajes desolados y los organismos desconocidos son capaces de asustar a cualquiera que sueñe con ir al espacio.
En esta película también hay varias escenas obscuras para los que sientan nostalgia por la original pero me alegra decir que en su mayoría las tomas están bien iluminadas para que apreciemos la sangre y los organismos extraños en todo su esplendor y los complejos efectos especiales son impresionantes. La aventura comienza en el año 2089, con un descubrimiento arqueológico que origina una misión espacial para contactar a unos seres desconocidos.
Charlize Theron interpreta el papel de Vickers, encargada de monitorear la misión, su papel es tan frío y calculador que David, el androide interpretado por Michael Fassbender, parece más humano que ella. Noomi Rapace es a la pacífica arqueóloga que conforme avanza la película se convierte en toda una guerrera casi tan ruda como Ripley.
Las críticas no fueron  muy favorables con Prometeo, ha sido tachada de predecible, plana e incluso la acusan de dejar más cabos sueltos de los que resuelve. Las dudas se resolverán en la secuela que servirá de puente entre ésta y Alien, echando así por tierra el comentario de que Prometeo no es parte de la franquicia. La continuación ya está contemplada pero aún no hay aviso oficial.
Los fans de este género y de la franquicia Alien estarán satisfechos con esta película y esperarán ansiosamente la segunda parte que cierre el círculo de la saga. A juzgar por el final de Prometeo la secuela definitivamente será más intensa y siniestra. Este largometraje terminó su temporada en cartelera sin haber logrado cerrar ninguna semana en primer lugar, aun así tuvo gran éxito y fue bien recibida. Sin duda una película que los aficionados a la ciencia ficción no se pueden perder.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

jueves, 4 de abril de 2013

“La venganza es dulce y no engorda” Hitchcock.


Todos hemos escuchado que detrás de un gran hombre hay una gran mujer pero no todos coinciden con el verdadero significado de esa frase. Sorprendentemente ha sido incluso tema de debate en la eterna guerra de los sexos. Hay quienes la consideran un insulto al implicar que la mujer debe permanecer a la sombra de su pareja, otros incluso llegan al extremo de decir que la frase insinúa que un hombre sin una mujer que lo apoye no es nada.
En lo personal creo que la frase significa algo diferente para todos y que cada quién debe tomarla como quiera. Grandes personajes de la historia han hecho huella sin necesidad de tener una pareja e incluso en nuestra vida diaria vemos cómo las personas se las arreglan sin depender de su cónyuge. De igual manera, hemos visto parejas que han triunfado en diversos ámbitos al trabajar en equipo.
Pierre y Madame Curie; Fernando e Isabel La Católica; Napoleón Bonaparte y Josefina, Marco Antonio y Cleopatra e incluso Hillary y Bill Clinton son algunas de las parejas que unidas lograron un éxito mayor al que hubieran gozado individualmente y nadie pone en tela de juicio la participación y mérito de ambas partes. Pero ¿qué hay de aquellas mujeres cuyo trabajo nunca fue reconocido? Me refiero a todas las esposas y novias que dedicaron sus vidas a apoyar a los hombres en sus vidas para que ellos se llevaran toda la gloria.
Uno de los casos más controversiales es sin duda el de Mileva Maric, esposa de Albert Einstein. Los logros de Einstein son tan conocidos que incluso su imagen se ha convertido en ícono de la cultura pop cómo símbolo de inteligencia, ciencia e ingenio pero pocos saben que su esposa era tan preparada e inteligente cómo él. Hay quiénes incluso se aventuran a decir que ella era el verdadero cerebro detrás de toda la operación pero el machismo de la época la obligó a atribuir todos sus descubrimientos a su esposo para que fuesen tomados en serio.
Las suposiciones acerca de Mileva no se basan sólo en el hecho de que ella también fuera física y que tuviera facilidad para las matemáticas. Cabe mencionar que no es ningún secreto que su esposo tuviera dificultad con las matemáticas y que sus teorías y fórmulas nunca hubieran sido desarrolladas sin ellas. La publicación de las cartas románticas entre el matrimonio Einstein sacó a la luz muchos detalles como el hecho de que Mileva fue el sostén económico de Albert antes de que se casaran. Albert solía referirse a los experimentos y teorías como “nuestros”, implicando así que no los había realizado solo.
Otro posible indicio de la colaboración de Mileva es la existencia de manuscritos firmados Einstein-Marity, (Maric en Húngaro) implicando el crédito compartido. Sus detractores consideran que esto no es suficiente para considerar a Mileva ni siquiera como científica. Tal vez nunca sepamos la realidad sobre ella y su nombre quedará para siempre fuera de las investigaciones que posiblemente realizó.
Otra mujer que podría haber sido relegada a segundo plano fue Alma Reville, esposa de Alfred Hitchcock. Alma fue asistente de dirección, guionista y una brillante editora. Trabajó en varios proyectos cinematográficos pero su prioridad eran las películas de su esposo. Poseedora de un ojo clínico y gran sensibilidad para la edición, Alma era capaz de detectar errores que ni el mismo Hitchcock veía. El éxito de sus películas se debe en gran parte al talento e instinto de su esposa para los proyectos.
La importancia de la colaboración de Alma se muestra en la película Hitchcock, basada en la novela Alfred Hitchcock y la filmación de Psycho. En ella vemos a Anthony Hopkins interpretar magistralmente al maestro del suspenso durante la época en que filmó Psycho. La talentosa Helen Mirren es Alma, la inteligente y capaz mujer que cuida cada detalle de las producciones de Hitchcock mientras sobrelleva las idiosincrasias de su peculiar esposo.
En Hitchcock vemos el momento en que el director se obsesionó con filmar la película, la selección de actores, las dificultades para financiar el proyecto y los problemas que surgieron durante la filmación. Es innegable la gran actuación de Hopkins pero es Mirren la que se roba la película. Este largometraje, a pesar de tratar sobre la filmación de Psycho, es una mirada de cerca a la relación entre Hitchcock y su esposa que resulta muy entretenida.
Los programas y películas de Hitchcock tienen hasta la fecha una legión de fiel seguidores, muchos de ellos quizás se sientan decepcionados al asistir a esta película esperando ver un documental sobre la realización de Psycho pero Alfred y Alma nos dan material de sobra para una película interesante llena de intriga, sospechas y secretos. Claro, no puede faltar la música característica y Hitchcock haciendo comentarios ingeniosos mirándonos directamente a través de la cámara.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.