martes, 2 de abril de 2013

Un mundo que vale la pena visitar


El Mago de Oz es una película infantil clásica basada en el libro escrito por L. Frank Baum que ha cautivado a millones desde su estreno en 1939. El largometraje es fiel al libro y logra transmitir la magia del mundo fantástico que Baum creó. La historia está plagada de personajes extraños de personalidades únicas con las que el público se identifica de inmediato. La bondad, la amistad, el deseo de hacer el bien, el compañerismo y la confianza son valores fundamentales para los protagonistas que se embarcan valientemente en una aventura llena de peligros.
La belleza del mundo de Oz y sus habitantes se empaña con la presencia de la Bruja Mala del Oeste, una mujer horrible de piel verde que representa al mal. La envidia, el odio, la venganza y un sinfín de sentimientos negativos son lo que llevan a la bruja a perseguir a Dorothy y a sus nuevos amigos con el fin de destruirlos. A simple vista, la típica historia del bien contra el mal.
La mayoría de los cuentos clásicos infantiles tienen un lado macabro si se analizan con ojo crítico y El mago de Oz no es la excepción, empezando por Dorothy, la protagonista huérfana que vive rodeada de adultos que están demasiado ocupados para ponerle atención. Tiene una vecina malvada que quiere matar a su perro y para colmo vive en una zona de tornados. Su llegada a Oz no es menos deprimente ya que la casa de Dorothy, transportada a ese mundo por un tornado, aterriza sobre la Bruja Mala del Este y la mata. Por si el homicidio involuntario no fuera suficiente Glinda, la Bruja Buena del Norte, le entrega a Dorothy las zapatillas de rubí que pertenecieron a la fallecida bruja.
Lo mejor es no pensar mucho sobre esto ya que comienzan a aparecer serias dudas sobre la integridad de Glinda y la supuesta inocencia de Dorothy quien no parece afectada en lo más mínimo por haber causado la muerte de una mujer. Por si no fuera suficiente la presencia de espantapájaros y hombres de hojalata que cobran vida tenemos animales parlantes, híbridos de monos y murciélagos y un misterioso mago que supuestamente otorga deseos. Quizás los aspectos más sombríos de la historia facilitaron la propagación de la leyenda urbana sobre un actor que se suicida en una escena de la película. Después se demostró que el supuesto suicidio era un ave exótica en el set de filmación pero aún hay personas que afirman ver claramente a un “munchkin” quitándose la vida.
La película de 1985 Regreso a Oz, basada en los libros The marvelous land of Oz y Ozma of Oz, de L. Frank Baum, tenía tintes aún más sombríos. En ella vemos a una Dorothy, meses después de su viaje a Oz, como una niña melancólica, obsesionada por sus aventuras en Oz y con problemas para dormir. Por eso, su tía la lleva con el Dr. Worley, famoso por sus novedosos tratamientos eléctricos. La idea de que Dorothy termine internada en una institución psiquiátrica sufriendo electroshocks ya es de por sí perturbadora pero lo peor está por venir. Dorothy logra escaparse de ese lugar sólo para caer en un río y encontrarse nuevamente en el mundo de Oz, sólo que en esta ocasión está destruido y sus queridos amigos han sido convertidos en piedra.
En 1995 Gregory Maguire escribió una novela paralela a la de Baum titulada Wicked, memorias de una bruja mala. En ella se describe una realidad muy diferente a la que todos conocemos, la verdadera historia de la Bruja Mala del Oeste llamada Elphaba. Maguire eligió ese nombre a manera de tributo al autor L. Frank Baum. Wicked muestra la difícil infancia de Elphaba, la discriminación que sufrió e incluso la situación política y social de Oz. Elphaba es una mujer independiente, inteligente y con principios. Es una activista y una defensora de derechos humanos y animales.
Antes de ser la Bruja Mala del Oeste era una mujer con sueños e ilusiones que sufrió amor y desamor. Elphaba adoraba a su hermana y sufrió inmensamente cuando la perdió por culpa de Dorothy quien incluso tuvo el descaro de llevarse las zapatillas de rubí que eran lo único que quedaba de su hermana. Wicked es una conmovedora historia que se adaptó a Musical y ha gozado de gran éxito en Broadway. El proyecto para cine se quedó rezagado pero gracias al éxito del largometraje Les Miserables se anunció que la filmación se realizará más pronto de lo planeado.
Sabía que la película Oz, el poderoso era una precuela de El mago de Oz y que se centraría en los orígenes del mago pero tenía la esperanza de que incorporaran parte de la historia de Wicked. Desafortunadamente no fue así, hicieron un gran trabajo con el personaje principal y la explicación de su llegada a Oz pero creo que le faltó dimensión al personaje de la bruja y la relación entre ellos. Aun así la película es visualmente espectacular, Oz es un lugar hermoso, lleno de vida y colorido hasta en el último rincón. Les recomiendo la vean en 3D.
La película tiene tantos personajes memorables cómo la original y Sam Raimi, uno de mis directores favoritos, logró dar un toque moderno a la historia sin perder la inocencia que la caracteriza. James Franco hace un papel decente pero no parece haber mucha química entre él y Mila Kunis, no se aprecia bien la supuesta intensidad del desengaño amoroso que la lleva a una vida de maldad. Rachel Weisz es una gran actriz y era de esperarse que interpretara a la perfección el papel de bruja mala.
Los peculiares personajes que acompañan al mago desde su llegada a Oz son fascinantes y en ocasiones parecen opacar a Franco. Esta película encantará a chicos y a grandes, tiene de todo: drama, comedia, acción, aventura, fantasía e incluso munchkins bailando y cantando, aunque francamente hubiera preferido que prescindieran de ellos.
Debido a que es una precuela debe quedar inconclusa hasta cierto punto para que la historia pueda retomarse cuando la casa de Dorothy llegue volando por los aires. Oz, el poderoso no decepcionará a los que quieran pasar un buen rato palomeando pero los que esperaban ver una versión mejorada de una de las brujas más famosas de todos los tiempos tendrán que esperar a una nueva película de El Mago de Oz porque Mila Kunis no logra superar a la original. Quizás fue un problema de guión o de dirección pero su personaje no fue explotado lo suficiente.
Sam Raimi se atrevió a meterse con una de las películas más queridas de todos los tiempos y no lo hizo nada mal aunque es difícil imaginar que Oz, el poderoso pueda volverse un clásico como la original. Aquí no hay zapatillas de rubí que te lleven de vuelta a casa ni canciones pegajosas que te pidan seguir el camino amarillo. Todo eso se compensa con suficientes comentarios ingeniosos e imágenes generadas por computadora para disfrutar la película de principio a fin.

La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

Un vuelo accidentado


El miedo a volar, conocido como aerofobia, es uno de los más comunes y que afecta a millones de personas. Los expertos lo clasifican cómo un temor irracional debido a que  el riesgo de morir en un accidente de avión es mínimo según las estadísticas. Es más probable sufrir un accidente al viajar en carretera que por los aires pero ni los expertos pueden ignorar el hecho de que es mucho más probable sobrevivir a un choque automovilístico que a un avionazo. Además, por más que sepamos sobre aerodinámica no deja de resultar impresionante el que máquinas tan grandes y pesadas sean capaces de elevarse a grandes alturas y en condiciones meteorológicas extremas.
Viajar en avión cuando se sufre de aerofobia es una experiencia estresante, sobre todo si se tiene la mala suerte de encontrarse con una turbulencia severa capaz de poner nerviosos hasta a los viajeros más experimentados. Los sobrecargos son personas muy preparadas que poseen el entrenamiento requerido para manejar casi cualquier eventualidad pero en una situación de peligro hasta ellos tendrían dificultades para no mostrar preocupación en sus rostros, aunque sea un poco.
Así que, cuando voy en avión y la turbulencia me parece un poco más severa de lo normal lo primero que hago es ver las caras de los sobrecargos y si no veo consternación en sus miradas entonces doy por sentado que todo está bajo control. No sé qué tan acertada sea mi teoría pero me ha mantenido tranquila durante vuelos con ruidos extraños, numerosas bolsas de aire e incluso turbulencias tan fuertes que ni siquiera los sobrecargos pueden mantenerse de pie.
No sufro de aerofobia ni me ha tocado viajar con alguien que la padezca. He visto nervios normales por ir en avión y pequeños sustos por movimientos bruscos pero nunca he presenciado que alguien quiera abrir la salida de emergencia en pleno vuelo o que tenga que ser amarrado a su asiento.
He tenido suerte, sobre todo en aquellos vuelos en que voy con mi hermana ya que tiende a sacar su repertorio de los peores accidentes aéreos de la historia en cuanto el avión despega. Siempre me preparo por si ocasiona histeria colectiva en los pasajeros a nuestro alrededor que no pueden evitar escuchar las narraciones de mi hermana con lujo de detalles. Nos ven de la misma manera en que lo hacen los bañistas en la playa que se encuentran a pocos metros de nosotros disfrutando de las olas cuando mi hermana detalla las mejores historias de “La semana del tiburón” de Discovery Channel.
La realidad es que al viajar en avión no nos queda más remedio que confiar completamente en las aerolíneas. En el momento en que ponemos un pie a bordo de un avión comercial estamos dejando nuestras vidas en manos de una empresa y de su personal, cuyo nivel de preparación hará la diferencia entre la vida y la muerte.
El piloto de US Airways, Chesley Sullenberger, es conocido en todo el mundo por el aterrizaje de emergencia que realizó en el río Hudson. Por si eso no fuera suficientemente heroico se aseguró de que los 150 pasajeros y 4 miembros de la tripulación fueran puestos a salvo antes de abandonar la aeronave que se hundía. Una hazaña propia de un hombre con una intachable carrera en la fuerza aérea con títulos universitarios en Psicología Industrial y Administración Pública, colaboraciones con científicos de NASA y más de 20,000 horas de experiencia en vuelos.
Tras el incidente Chesley recibió condecoraciones, fue invitado a numerosos programas, escribió un libro e incluso el partido Republicano le ofreció su apoyo para un puesto político. Todos querían a Sullenberger pero ¿qué hubiera pasado si los antecedentes de este piloto fueran menos que admirables? ¿Si hubiera sido un adicto? ¿Un irresponsable? Quizás las personas no hubieran estado tan dispuestas a catalogarlo como un héroe, tal vez hasta lo habrían considerado responsable del percance.
Esta es la premisa de Flight, la película estelarizada por Denzel Washington que nos cuenta la historia de Whip, un piloto de vuelos comerciales cuyas adicciones al alcohol y a la cocaína alejaron a su esposa e hijo. Tras una noche de excesos, en un vuelo de rutina, se presenta una falla mecánica y Whip se ve obligado a ejecutar una difícil maniobra para aterrizar de emergencia y así, salvar a los pasajeros. La escena del accidente es muy emocionante y está muy bien realizada, no se necesitó de gritos y sangre en exceso para mostrar la gravedad del asunto ni la angustia que los pasajeros estaban experimentando.
Whip es elogiado por su pericia hasta que sus adicciones y comportamiento objetable salen a relucir. Entonces la opinión pública cambia radicalmente e incluso se sugiere que el accidente fue su culpa. Denzel nos regala una brillante actuación logrando que odiemos a Whip por su alcoholismo al tiempo que sentimos lástima al darnos cuenta que es un ser humano cómo cualquier otro que ha tomado malas decisiones.
El trágico accidente no sólo afecta la vida de Whip sino la de una mujer que conoce en el hospital y con la que comienza una extraña relación. La carrera de Whip se encuentra en peligro e incluso puede terminar en la cárcel, la aerolínea puede estar en problemas si se demuestra negligencia en el mantenimiento de su equipo e incluso la integridad de la aeromoza que sostenía una relación casual con Whip es puesta en duda. Flight es un intenso drama que demuestra que mientras más alto te encuentres más dura será la caída.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.


miércoles, 20 de marzo de 2013

El lado amable del terror


“Los monstruos existen y los fantasmas también, viven dentro de nosotros y algunas veces son los que ganan”. Esta cita sólo podía provenir del brillante y prolífico escritor Stephen King. Su nombre es parte de la cultura pop desde los setentas, su estilo característico y habilidad para hurgar en lo más profundo de la psique humana sigue cautivando hoy en día a lectores de todas las edades y generaciones.
King no sólo ha vendido millones de copias sino que muchas de sus novelas han sido adaptadas a películas para cine y televisión contribuyendo enormemente a su reputación cómo autor de terror. Sin importar las preferencias en géneros literarios y películas la mayoría de las personas saben de qué tratan o por lo menos han escuchado sobre Christine, Cujo, Carrie, El resplandor, Eso, Cementerio de Mascotas y Miseria por mencionar sólo unas cuántas.
Se podría pensar que los libros elegidos para llevar a la pantalla grande son los culpables de que Stephen King sea comúnmente clasificado cómo escritor de horror dejando de lado las novelas que ha escrito de suspenso, ciencia ficción e incluso fantasía pero es sólo un problema de percepción. King ha escrito numerosas novelas que no tienen nada qué ver con monstruos, dimensiones paralelas, fantasmas, posesiones demoniacas ni asesinos. King tiene un lado sentimental que lo ha llevado a crear personajes de nobles sentimientos e historias llenas de esperanza.
La Milla Verde, protagonizada por Tom Hanks, es un claro ejemplo de la polaridad de King cómo escritor. Cadena Perpetua, Cuenta conmigo y Eclipse Total, aunque tienen ciertos aspectos obscuros, tratan temas cómo la amistad y la esperanza. Muchos se sorprenden al descubrir que King está detrás de tantas películas que han tocado las fibras sensibles de las personas. Esto no tendría por qué resultar tan desconcertante, después de todo, los autores tan prolíficos cómo él tienden a explorar diversos géneros pero el público se rehúsa a perder al Stephen King de horror.
Es comprensible, incluso los cineastas parecen empeñarse en que las novelas de King sean aún más macabras. Stanley Kubrick cambió y agregó ciertos aspectos en El resplandor y Brian De Palma hizo lo suyo con Carrie, ambos con la intención de hacer las películas más intensa para lograr un mayor impacto en el público. Los leales fans de King no aceptaron del todo estos cambios pero los números en taquilla fueron suficientes para que las productoras no perdieran el sueño por ellos.
Otro lado poco conocido de King son los variados proyectos en colaboración con su hijo Joe Hill, Michael Jackson, John Mellencamp y Barbara Kruger entre otros. King trabajó también con Peter Straub, el aclamado novelista de horror, para escribir una trilogía de fantasía que comienza con El Talismán. Esta novela nos presenta a Jack Sawyer, un niño de doce años que se embarca en una extraña aventura con la esperanza de salvar a su madre enferma.
El libro comienza un poco lento, tedioso incluso pero en cuanto Jack comienza a creer en las palabras del misterioso cuidador del parque de diversiones la historia cobra vida. King y Straub nos muestran un fantástico mundo paralelo al que sólo unas cuántas personas pueden entrar. No sólo eso, con un poco de práctica es posible moverse entre los mundos a voluntad pero esa habilidad puede poner en peligro a la humanidad entera si la desarrollan las personas equivocadas.
Resulta poco creíble que un niño de doce años pueda infundir temor en enemigos adultos y armados hasta los dientes pero esa es la magia de esta novela. El hecho de que un niño sin experiencia ni malicia sobreviva en un mundo hostil y desconocido impulsado por el amor hacia su madre y la necesidad de hacer el bien es un ejemplo de uno de los tantos mensajes de esta historia.
King y Straub cuidaron cada detalle del mundo paralelo que Jack recorre, desde el idioma y la moneda utilizada hasta las costumbres de cada región. Cada paisaje es descrito vívidamente detallando incluso los olores y los sonidos que, dependiendo de la situación, pueden resultar reconfortantes o atemorizantes. Esta novela está plagada de moralidad y valores pero resulta extraño que una lectura no recomendada para niños tenga tantas enseñanzas que parezcan dirigidas a ellos. Si fuera película seguramente el resultado parecería un episodio de Plaza Sésamo dirigido por Quentin Tarantino.
Admito que tenía mis dudas porque Stephen King tiene la manía de colocar hacia el final de sus novelas ciertos elementos que en ocasiones resultan desconcertantes. Conforme se reducía el número de páginas faltantes me iba preparando para un desenlace poco satisfactorio pero me alegra decir que no fue así. A pesar de los extraños finales que Stephen King elige sigo comprando sus libros.
El Talismán no es el típico libro de Stephen King ya que se aprecia claramente la participación de Straub pero tiene suficientes elementos extraños y seres monstruosos para satisfacer a cualquier fan de King. Las aventuras de Jack continúan en la segunda parte, Black House, pero aún no hay fecha para el lanzamiento de la tercera. Posiblemente King se tome un tiempo de la fantasía para escribir algo de terror. Quizás sea terapia para él como bien dice “Yo no tengo pesadillas porque todas se las doy a ustedes”.
La imagen utilizada es propiedad de la Editorial.

jueves, 14 de marzo de 2013

Sentirás que estás en Broadway


El teatro siempre ha tenido una magia especial que cautiva a cualquiera que acude a una puesta en escena. Escenografía, iluminación, musicalización, vestuario, actores, directores y productores son sólo unos cuántos elementos detrás de cada presentación. Se podría pensar que todo el arduo trabajo y las incontables horas de ensayo llegan a su culminación en la noche de estreno pero es sólo el comienzo.
La mejor recompensa para los artistas es el aplauso del público que, en ocasiones, lo hace de pie en señal de reconocimiento al talento y el esfuerzo. La mejor recompensa para una puesta en escena es la demanda del público que la lleva a permanecer en cartelera por largas temporadas. No tenemos que dedicarnos a las artes escénicas para comprender la fascinación que la aceptación del público ejerce sobre los actores aunque la vida sobre los escenarios no resulta tan atractiva para todos.
Recuerdo cuando era niña y me veía obligada a participar en las obras escolares. La mayoría de mis compañeros se emocionaban y ponían su mejor esfuerzo en las audiciones para conseguir buenos papeles. Los demás nos conformábamos con papeles sin importancia o incluso siendo parte de la escenografía, algo cómo una roca o un árbol cuya única responsabilidad fuera pararse sobre esa pequeña marca con cinta adhesiva en el suelo que indicaba nuestro lugar.
Nunca me interesó tener el protagónico ni que la obra de nuestro salón fuera la mejor de toda la escuela. Encontraba más emocionante ser parte del público. Desafortunadamente ese era un privilegio de los padres ya que los alumnos debíamos permanecer tras bambalinas incluso durante las obras en las que no participábamos. Cuando finalmente asistí como público a ver el musical Vaselina fue todo lo que imaginé y mucho más. Parte de mi emoción fue porque era con el grupo musical Timbiriche, confieso que fui su fan cuando era muy pequeña. Lo importante fue que a partir de ese momento me enamoré del teatro.
A través de los años he visto todo tipo de puestas en escena por compañías de teatro pequeñas y por productoras internacionales de grandes presupuestos. Desde dramas y comedias hasta teatro experimental y musicales. En éstos últimos he tenido la fortuna de ver a Elaine Paige, una de mis cantantes favoritas, en Sunset Boulevard y tener a Rum Tum Tugger bailando frente a mí guiñándome el ojo en Cats. Las historias narradas a través de canciones y coreografías me llevaron a desear que Christine no eligiera a Raoulle en El Fantasma de la ópera, a pesar de saber que ese no sería el desenlace.
Uno de los musicales más emotivos que he visto ha sido Les Miserables. La historia es conmovedora por sí sola pero la hermosa musicalización que logra de manera brillante transmitir los ideales, sentimientos y conflictos de los protagonistas es capaz de dejar sin aliento a cualquiera. Cuando la vi intenté contener las lágrimas en una de las escenas más tristes, pero al ver que la mayoría a mi alrededor lloraba desconsoladamente me parecía estar fuera de lugar si no me unía a ellos. Incluso vi señores de rostros severos y adolescentes de miradas cínicas limpiando discretamente las lágrimas que se les escapaban.
Cuando supe que Les Miserables sería llevado a la pantalla grande me emocioné al descubrir al reparto, todo iba bien hasta que vi el nombre de Russell Crowe. Este actor nunca ha sido de mi agrado aunque reconozco que hay un par de películas con él como protagonista que son muy buenas pero la idea de verlo cómo el Inspector Javert realmente me molestó. Sé que Crowe no es nuevo en el mundo de la música y ha estado en varios grupos, tiene varios discos y ha ido de gira, aun así, no me convencía la idea de que le permitieran cantar en uno de los mejores musicales de todos los tiempos.
La adaptación a película fue todo un éxito, la producción cuidó hasta el último detalle y el resultado fue impresionante. El director, Tom Hooper, tomó la acertada decisión de pedir a los actores que cantaran en vivo en cada escena, acompañados por música de piano, para dar mayor libertad creativa e imprimir más dramatismo. La musicalización con orquesta se agregó en post-producción. Ver Les Miserables en el cine conmueve casi de la misma manera que lo hace en el teatro.
Hugh Jackman y Anne Hathaway estuvieron impecables y Helena Bonham Carter y Sacha Baron Cohen se robaron cada escena en que aparecieron. En general, el reparto fue uno de los más acertados que he visto. Pero no todo fue perfecto, lo que falló fue, tal cómo me temía, la presencia de Russell Crowe. En esta cinta quedó demostrado que Crowe está muy por detrás, musicalmente hablando, de sus compañeros de reparto. Sus intervenciones en ocasiones lucían acartonadas, dando la impresión de que estaba tan preocupado por acertar las notas que olvidaba que debía actuar también, o por lo menos mover los brazos al caminar.
Como experimento estuvo bien pero en una producción tan importante, en la que el resto de los actores cumplieron y algunos hasta superaron las expectativas, fue una lástima que no se cuidara más la elección para un personaje tan importante y complejo como Javert. Crowe está bien para interpretar gladiadores y boxeadores. Ser guitarrista y vocalista de su grupo de rock es bastante lucrativo también, no necesita buscar ingresos extras por otro lado. Así que, espero que por el bien de todos se mantenga alejado de la comedia musical.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

lunes, 25 de febrero de 2013

Atrévete a creer


Es imposible saber a ciencia cierta en qué momento sucedió exactamente pero no debe haber pasado mucho tiempo entre el momento en que alguien tuvo una gran idea y en el que alguien más se la apropió y afirmó que a él se le ocurrió primero. El plagio es tan antiguo como la humanidad misma y existirá hasta el fin de los tiempos por el simple hecho de que nunca faltarán personas sin escrúpulos.
Dicen que no hay nada nuevo bajo y el sol y que ya todo está inventado pero ¿en qué momento las similitudes dejan de ser coincidencias y se convierten en plagio descarado? Hay una línea muy delgada que los separa y los plagiarios se ocultan tras ella fingiendo desconocimiento de la obra original. Si se les demuestra que tuvieron acceso al material en cuestión entonces alegan que sólo se inspiraron en la obra o que su subconsciente los traicionó. En ocasiones será cierto y en otras no.
Debido a que no se puede regular la naturaleza humana, se crearon leyes para proteger el derecho de autor con sanciones específicas pero no siempre son efectivas. No sólo porque los plagiarios pueden valerse de la subjetividad para validar sus obras sino porque, desafortunadamente, el poder y la riqueza pueden dejar en la obscuridad a autores sin influencias para comprar la apariencia de talento a aquellos que no lo tienen.
Las acusaciones de plagio en contra de Disney nunca han trascendido a pesar de las obvias similitudes entre El Rey León y Kimba, el león blanco y Los piratas del Caribe y La isla del tesoro. Estos son sólo un par de las muchas acusaciones de plagio contra este imperio que nunca llegaron a más. Son indiscutibles la trayectoria y el talento de la empresa Disney pero se hubiera agradecido en algún momento la mención de las obras originales que tantas ganancias les han generado.
Hollywood lleva años beneficiándose del talento de obras y autores poco conocidos. Incluso he visto películas norteamericanas que son copias al carbón de producciones japonesas y, sorprendentemente, no hacen mención alguna de la original. Debo reconocer que en ocasiones sobrepasan en calidad a la original pero no por eso es correcto lo que hacen.
James Cameron se vio envuelto en un escándalo de plagio por su producción Avatar. Su originalidad se puso en duda no sólo al comparar la historia con la de Pocahontas sino por la demanda interpuesta por Elijah Schkeiban quien escribió Murciélagos y Mariposas, historia que tiene gran semejanza con la película de Cameron. Este caso no es el primero ni será el último en el que Hollywood se vea envuelto.
Desafortunadamente el caso de plagio más reciente involucra a Ang Lee, uno de los mejores directores contemporáneos. La acusación no va directamente contra él sino contra Yann Martel, el autor del libro Una aventura extraordinaria en el que se basó la película del mismo nombre. Max y los felinos es un libro escrito por Moacyr Scliar que se publicó años antes que el de Martel. En él se narra la historia de un joven judío que huye de la Alemania Nazi a bordo de un barco que transporta animales para un zoológico que naufraga en el Atlántico. Sólo sobreviven el joven y un jaguar.
Martel acepta haberse inspirado tras leer la reseña del libro de Scliar aunque nunca leyó la obra porque “esa premisa brillante se había arruinado con un autor inferior”. Resulta difícil creer en la inocencia de Martel no sólo por las claras coincidencias entre ambas obras sino por el arrogante comentario que sólo deja entrever una falsa seguridad propia de un individuo que claramente no tiene problema alguno en apropiarse las creaciones de otros autores.
Esta situación llevó a muchos a decir que la película de Lee no debería ser considerada para el Oscar pero se equivocan. Las once nominaciones de esta hermosa producción son más que merecidas, la brillante dirección y la impactante fotografía hacen de esta película una experiencia fascinante. Los valores que se muestran y la honestidad de las actuaciones le confieren una belleza excepcional. Ang Lee logra conmover e inspirar a través de una historia que devuelve la fe en la humanidad.
La acusación de plagio contra el libro Una aventura extraordinaria quizás nunca se resuelva pero no tiene nada qué ver con la producción de Lee y es una lástima que esta controversia pretenda empañar sus nominaciones y premios. Ang Lee no sólo ha demostrado su talento en películas como El tigre y el Dragón y El secreto de la montaña sino que logró lo impensable hace unos años al dirigir Sensatez y Sentimientos. Las críticas consideraron que la película había superado al libro escrito por Jane Austen cuando lo habitual es lo contrario. No he leído el libro de Martel ni el de Scliar pero conozco el trabajo de Lee y no me sorprendería que nuevamente hubiera logrado superar al libro.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.


sábado, 16 de febrero de 2013

Cuentos para niños y no tan niños

Los cuentos de hadas siempre han ejercido una gran fascinación sobre chicos y grandes. Los fantásticos mundos que en ellos se describen y los maravillosos personajes que viven emocionantes aventuras nos hacen soñar y creer que todo es posible. Estos cuentos siempre tienen enseñanzas y la más importante de todas es que, el bien siempre triunfa sobre el mal.
Sin importar cuánto sufra el protagonista de la historia, siempre tendrá su final feliz. Princesas, caballeros, magos, hadas madrinas, animales que hablan y objetos que cobran vida son sólo algunos de los personajes comunes en estos cuentos con los que el lector puede identificarse. Los protagonistas viven en castillos o en modestas casitas y atraviesan reinos majestuosos o bosques encantados y encuentran en su camino enemigos temibles y aliados valiosos.
A través de los cuentos de hadas los pequeños aprenden sobre el amor, la amistad y que deben luchar por sus sueños porque éstos se vuelven realidad. Hasta aquí todo está bien, resulta difícil creer que pueda encontrarse algo objetable en ellos pero, en un mundo en que todo parece estar a un paso de ser “políticamente incorrecto” ni los cuentos infantiles se salvan.
Las hermosas princesas que son rescatadas por el príncipe azul ahora son estereotipos de mujeres sumisas, sin profesiones ni deseos de superación que simplemente están a la espera de que un hombre se case con ellas. Los apuestos y valientes príncipes son hombres machistas que consideran a la mujer como mera posesión y por el simple hecho de desposarla tendrán derecho de controlar el resto de su vida.
Parece un tanto descabellado pero en realidad hay quienes consideran que los cuentos de hadas perpetúan estereotipos negativos y anticuados que no tienen cabida en el siglo XXI. Estoy de acuerdo en que las mujeres no debemos esperar a un hombre que nos rescate ni tenemos por qué aspirar sólo a casarnos y tener hijos pero el afirmar que los cuentos con los que tantas generaciones hemos crecido implantan ideas erróneas en nuestras cabezas me parece absurdo.
Conforme crecemos vamos desarrollando nuestra personalidad, definiendo convicciones y preferencias, nos apasionamos con diferentes temas y elegimos nuestro propio camino. El creer que todas las mujeres nos comportaremos cómo damiselas indefensas, por no decir inútiles, simplemente porque así son las princesas de los cuentos es darnos muy poco crédito como seres humanos.
En mi opinión, las princesas han sido juzgadas injustamente. Al igual que una adolescente hoy en día se escabulle de casa de sus padres para ir a bailar, Cenicienta se arriesgó para ir a la gran fiesta en el palacio. Blancanieves dejó su casa, dejando de lado el detalle de que tuvo que hacerlo porque su madrastra mandó asesinarla, y vivía con siete hombres sin importar lo que se pudiera pensar de ella. El espíritu aventurero de La Bella Durmiente fue lo que la hizo caer en un profundo sueño y, admitámoslo, todos hemos cometido errores, sólo que ninguno que nos haya hecho dormir durante años.
Hoy en día las adaptaciones que se han hecho de estos cuentos y personajes rescatan las características positivas y agregan otras tantas que hacen imposible tacharlos de misóginos. Programas de televisión como Once upon a time y Grimm nos muestran a mujeres y hombres en igualdad de condiciones, para bien y para mal. Caperucita y Blancanieves son algunas de las figuras femeninas de cuentos que han aparecido en la pantalla grande como mujeres fuertes y valientes que pondrían a temblar a cualquiera.
Los seres indefensos de los cuentos no son sólo mujeres, todos sabemos la historia de los hermanitos que, atraídos por una casa hecha de dulces, cayeron en las garras de una espeluznante bruja. Afortunadamente mataron a la bruja y escaparon pero nadie pudo haber imaginado que años después se convertirían en intrépidos cazadores de brujas con sofisticadas armas y asombrosas habilidades de combate que viajan de pueblo en pueblo eliminando a estas viles criaturas.
Jeremy Renner y Gemma Arterton son los protagonistas de Hansel y Gretel: Cazadores de brujas. La emocionante película que demuestra que un trauma infantil puede convertirse en una lucrativa profesión. La trama no es la más original que he visto pero las escenas de acción y la presencia de Famke Janssen justifican ir a verla al cine. Seguramente los puristas no aceptarán el giro en la historia pero los que gustan de escuchar un buen cuento de hadas quedarán satisfechos con este largometraje.
Gran ambientación, buenas actuaciones y brujas para todos los gustos son algunos de los elementos que hacen a esta película más que palomera. La clasificación advierte que no es apta para menores y quizás para alguno que otro adulto con estómago débil.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

jueves, 14 de febrero de 2013

Agitado, no revuelto


El cine y la literatura han dado un aspecto glamoroso, emocionante e intrigante al mundo del espionaje. Imaginamos a los espías como hombres y mujeres de físicos envidiables que viajan por todo el mundo luciendo lo último de la moda mientras se codean con personas importantes. No faltan las armas sofisticadas y todo tipo de gadgets con tecnología de punta que los ayudarán a salir de cualquier percance.
Todas estas características, y algunas otras de aspecto más comercial, corresponden al prototipo de espía que vemos en el cine pero ¿cómo son los verdaderos espías? Mata Hari es una de las espías más famosas de la historia que supo utilizar su belleza, inteligencia, educación y dominio de varios idiomas para infiltrarse en ciertos círculos sin levantar sospechas. La única falla que tuvo fue convertirse en doble espía y bien dicen que el que a dos amos sirve con uno queda mal. Su labor simultánea para Francia y Alemania fue recompensada con el paredón de fusilamiento.
Seguramente las mejores historias de espías verdaderos se encuentran ocultas y difícilmente serán algún día de dominio común. Son innegablemente emocionantes los espías ficticios y las arriesgadas misiones a las que los autores los mandan pero la realidad es mucho más asombrosa, empezando por la identidad de algunos espías que sirvieron a su país.
Cuando hablamos de Charlie y la fábrica de chocolate lo último en lo que pensaríamos es en labores de espionaje para el gobierno británico. Pues bien, eso fue exactamente lo que hizo Roald Dahl antes de escribir sobre la extraña fábrica donde laboraban Oompa Loompas. Charles “Lucky” Luciano es una leyenda del crimen organizado pero pocos saben que, tras su captura, hizo un trato con el gobierno norteamericano y ayudó a arrestar a ocho espías alemanes.
Antes de que Julia Child descubriera su pasión por la cocina francesa trabajó para la Oficina de Servicios Estratégicos de E.U.A., organismo precursor de la CIA. La receta que creó para ayudar a su país fue para un repelente de tiburones que los mantuviera alejados de las minas submarinas. También se le asignaron misiones de campo con cierto grado de peligrosidad. Se rumora que el gran escapista, Harry Houdini, fue contratado por el Servicio Secreto Americano y por Scotland Yard para utilizar sus habilidades e infiltrarse en ciertas estaciones de policía y obtener información.
Ian Fleming, el creador de James Bond, tuvo material de sobra para inspirarse al trabajar para la Inteligencia Británica Naval. Aunque su trabajo era de escritorio, su ingenio para idear complejas tramas de espionaje lo convirtieron en un elemento valioso para la agencia. Años más tarde colaboró con E.U.A. para crear una organización dedicada a servicios de inteligencia internacional. Tuvo la oportunidad de presenciar a los operativos británicos escabulléndose en la oficina del Consulado General Japonés donde abrieron la caja fuerte y sacaron copias de los códigos secretos.
Este suceso inspiró a Fleming para la misión de Bond en la primera entrega de la saga 007, Casino Royale. El carismático personaje compartía una gran cantidad de características con su creador. James Bond no tardó en ganar popularidad y convertirse en una lucrativa franquicia. Libros, cómics, programas de radio y televisión, videojuegos y películas, El agente 007 es un personaje atemporal básico en la cultura pop.
En lo personal, considero que Sean Connery ha sido el mejor Bond en cine aunque Roger Moore no decepcionó. Hay muchos otros actores que han encarnado a Bond pero han pasado sin pena ni gloria, algunos con más pena. Cuando Daniel Craig fue elegido como el seductor espía que completa sus misiones sin perder el estilo muchos estuvieron en desacuerdo. Quizás era difícil aceptar a un Bond con cabello rubio que en lugar de tener una personalidad magnética parecía arrogante y seco.
Craig demostró que las críticas se equivocaron al lograr que las tres últimas entregas 007 fueran éxitos de taquilla. Skyfall, la más reciente, es la que más ha recabado de toda la serie. Esta película nos recuerda por qué amamos a Bond, por qué los hombres quieren ser cómo él y las mujeres queremos estar con él. Skyfall tiene un innegable toque de nostalgia que nos lleva a los inicios de la saga, al Bond que trabaja mejor bajo presión.
Por momentos la trama parece divagar pero al ver el desenlace queda claro que todo está justificado. A diferencia de otras películas de Bond, los lugares exóticos y las mujeres hermosas no son parte importante de esta entrega. La película transcurre en su mayoría en Gran Bretaña y el peligro y la acción se centran en Bond y M. Definitivamente, una de las mejores películas de la franquicia con Daniel Craig que he visto. Skyfall marca claramente el regreso del clásico Bond... James Bond.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.