lunes, 25 de febrero de 2013

Atrévete a creer


Es imposible saber a ciencia cierta en qué momento sucedió exactamente pero no debe haber pasado mucho tiempo entre el momento en que alguien tuvo una gran idea y en el que alguien más se la apropió y afirmó que a él se le ocurrió primero. El plagio es tan antiguo como la humanidad misma y existirá hasta el fin de los tiempos por el simple hecho de que nunca faltarán personas sin escrúpulos.
Dicen que no hay nada nuevo bajo y el sol y que ya todo está inventado pero ¿en qué momento las similitudes dejan de ser coincidencias y se convierten en plagio descarado? Hay una línea muy delgada que los separa y los plagiarios se ocultan tras ella fingiendo desconocimiento de la obra original. Si se les demuestra que tuvieron acceso al material en cuestión entonces alegan que sólo se inspiraron en la obra o que su subconsciente los traicionó. En ocasiones será cierto y en otras no.
Debido a que no se puede regular la naturaleza humana, se crearon leyes para proteger el derecho de autor con sanciones específicas pero no siempre son efectivas. No sólo porque los plagiarios pueden valerse de la subjetividad para validar sus obras sino porque, desafortunadamente, el poder y la riqueza pueden dejar en la obscuridad a autores sin influencias para comprar la apariencia de talento a aquellos que no lo tienen.
Las acusaciones de plagio en contra de Disney nunca han trascendido a pesar de las obvias similitudes entre El Rey León y Kimba, el león blanco y Los piratas del Caribe y La isla del tesoro. Estos son sólo un par de las muchas acusaciones de plagio contra este imperio que nunca llegaron a más. Son indiscutibles la trayectoria y el talento de la empresa Disney pero se hubiera agradecido en algún momento la mención de las obras originales que tantas ganancias les han generado.
Hollywood lleva años beneficiándose del talento de obras y autores poco conocidos. Incluso he visto películas norteamericanas que son copias al carbón de producciones japonesas y, sorprendentemente, no hacen mención alguna de la original. Debo reconocer que en ocasiones sobrepasan en calidad a la original pero no por eso es correcto lo que hacen.
James Cameron se vio envuelto en un escándalo de plagio por su producción Avatar. Su originalidad se puso en duda no sólo al comparar la historia con la de Pocahontas sino por la demanda interpuesta por Elijah Schkeiban quien escribió Murciélagos y Mariposas, historia que tiene gran semejanza con la película de Cameron. Este caso no es el primero ni será el último en el que Hollywood se vea envuelto.
Desafortunadamente el caso de plagio más reciente involucra a Ang Lee, uno de los mejores directores contemporáneos. La acusación no va directamente contra él sino contra Yann Martel, el autor del libro Una aventura extraordinaria en el que se basó la película del mismo nombre. Max y los felinos es un libro escrito por Moacyr Scliar que se publicó años antes que el de Martel. En él se narra la historia de un joven judío que huye de la Alemania Nazi a bordo de un barco que transporta animales para un zoológico que naufraga en el Atlántico. Sólo sobreviven el joven y un jaguar.
Martel acepta haberse inspirado tras leer la reseña del libro de Scliar aunque nunca leyó la obra porque “esa premisa brillante se había arruinado con un autor inferior”. Resulta difícil creer en la inocencia de Martel no sólo por las claras coincidencias entre ambas obras sino por el arrogante comentario que sólo deja entrever una falsa seguridad propia de un individuo que claramente no tiene problema alguno en apropiarse las creaciones de otros autores.
Esta situación llevó a muchos a decir que la película de Lee no debería ser considerada para el Oscar pero se equivocan. Las once nominaciones de esta hermosa producción son más que merecidas, la brillante dirección y la impactante fotografía hacen de esta película una experiencia fascinante. Los valores que se muestran y la honestidad de las actuaciones le confieren una belleza excepcional. Ang Lee logra conmover e inspirar a través de una historia que devuelve la fe en la humanidad.
La acusación de plagio contra el libro Una aventura extraordinaria quizás nunca se resuelva pero no tiene nada qué ver con la producción de Lee y es una lástima que esta controversia pretenda empañar sus nominaciones y premios. Ang Lee no sólo ha demostrado su talento en películas como El tigre y el Dragón y El secreto de la montaña sino que logró lo impensable hace unos años al dirigir Sensatez y Sentimientos. Las críticas consideraron que la película había superado al libro escrito por Jane Austen cuando lo habitual es lo contrario. No he leído el libro de Martel ni el de Scliar pero conozco el trabajo de Lee y no me sorprendería que nuevamente hubiera logrado superar al libro.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.


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