Con todo lo que está pasando en el mundo no es de
extrañar que sintamos el deseo hacer algo, de intentar poner fin a las
injusticias y ayudar a los desvalidos. Es normal tener ese impulso pero la
mayoría de las veces se queda sólo en buenas intenciones ya que pocos tienen el
tiempo, el valor, los recursos e incluso las ganas de realmente marcar la
diferencia.
Afortunadamente, así como hay personas que por momentos
parecen hacernos perder la fe en la humanidad, también hay muchas otras que nos
recuerdan que hay bondad en el mundo y que la ayuda con completo desinterés es
posible. Estas personas son las que crean fundaciones y donan su tiempo para
ayudar. Son las que logran maximizar los recursos para mejorar la calidad de
vida de las personas. Hay quienes incluso renuncian a sus bienes o arriesgan
sus propias vidas para hacer lo correcto.
Muchas de estas personas son anónimas, benefactores sin
nombres ni identidades conocidas por lo menos para los medios. Ya sea que
protejan al medio ambiente, rescaten animales, rehabiliten adolescentes,
trabajen con niños o intenten acabar con la hambruna y las injusticias, estos
héroes entregan todo por la causa en la que creen sin buscar el reconocimiento.
Los resultados es lo único que necesitan.
Si de hacer buenas obras se trata no es fundamental
buscar un puesto público aunque los políticos quieran hacernos creer que sí. La
mayoría de los funcionarios sólo velan por sus propios intereses y los pocos
que en verdad tienen buenas intenciones no tardan en encontrarse con que la
burocracia estorba más de lo que ayuda. Se pudiera creer también que para
pelear contra el crimen es necesario ingresar a la policía para así atrapar a
los villanos pero la burocracia juega también un papel importante en esta área.
También nos encontramos con la corrupción e incluso los mismos procedimientos
de arrestos y recovecos legales contribuyen a que los maleantes escapen a la
justicia.
La corrupción y la manipulación del sistema legal son
problemas presentes en todas las fuerzas policiacas del mundo. En teoría todo
debiera funcionar pero en la práctica hay demasiadas variantes que fastidian
todo el proceso. Un claro ejemplo es lo sucedido en EUA en 1940, una época en
que los criminales eran casi celebridades y su influencia y alcance en altos
círculos los convertía prácticamente en dueños de las ciudades. Eran libres de
conducir sus turbios negocios sin temor a represalias porque eran protegidos
por la misma policía y uno que otro político.
Pero no todos los miembros de las fuerzas del orden
estaban conformes con esta situación ni estaban dispuestos a ser parte de la
red de corrupción y crearon una fuerza antigángster para librar a Los Ángeles
del mafioso más poderoso de la ciudad. La película Gangster Squad, protagonizada por Josh Brolin, Ryan Gosling y Sean
Penn nos cuenta la historia de esta agrupación clandestina. Brolin, como el
sargento John O’Mara, es el encargado de seleccionar a los candidatos ideales
dentro de la policía, convencerlos de realizar procedimientos fuera de la ley y
entrenarlos para acabar sistemáticamente con el negocio de Mickey Cohen, el
mafioso interpretado por Penn.
Tal como Hollywood acostumbra no hizo mucho caso a la
realidad y adornó los acontecimientos para mostrar un producto más interesante
y lleno de acción. A los guionistas quizás les faltó trabajar un poco más en
las personalidades de los protagonistas ya que incluso el guapo Gosling pierde
un poco de su encanto en pantalla. Tristemente, la química que vimos entre él y
Emma Stone en Loco y estúpido Amor no
se repitió en este largometraje.
A pesar de contar con un elenco de primera el único
actor que realmente se destaca es Sean Penn al crear un mafioso memorable que
hace más interesante la rivalidad entre él y O’Mara. Esta película fue
criticada por un uso excesivo de violencia pero a mí me pareció que fue la
indicada, las escenas de persecución y balaceras cumplieron con las expectativas.
Lo que no tenía mucho sentido era el plan de acción de esta fuerza
antigángster, parecía que sólo iban de un lado para otro disparando a diestra y
siniestra pero fueron escenas emocionantes así que el plan quizás sólo era
emocionar al espectador.
Gangster
Squad, al igual que Argo,
no debiera ser descrita como “basada en hechos reales” sino “inspirada por
hechos reales”. No digo esto de manera negativa ya que en ambas películas, lo
ideado por los guionistas fue mucho más emocionante que la realidad. La misma
nieta del verdadero John O’Mara confirma la creación de la fuerza antigángster
pero aclara que su abuelo disparó su pistola una sola vez en su vida, muy
diferente al sargento que vimos en la película disparando más balas que Rambo
en las cuatro entregas de la sangrienta franquicia.
Mickey Cohen sí existió pero no fue aprehendido por el
grupo de O’Mara sino que, al igual que Al Capone, cayó por evasión de
impuestos. De hecho, la fuerza antigángster se creó para ahuyentar a Bugsy
Siegel de Los Ángeles, no a Cohen pero eso es lo de menos. La intención de esta
película es entretener y lo logró, desde balaceras sin sentido, pasando por
típicos clubes nocturnos de los cuarentas hasta frases trilladas para
conquistar mujeres, esta película tiene todo para pasar un buen rato.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película
y es propiedad de la productora.
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