martes, 29 de enero de 2013

Una revelación nada sorprendente


No recuerdo cuál fue la primera película de terror que vi, de lo único que estoy segura es que la sufrí más que disfrutarla ya que pasé gran parte de mi infancia temiendo a la oscuridad gracias a este género. Pero la curiosidad, o quizás el morbo, me llevaban a seguir viendo este tipo de largometrajes y comencé a tomarle el gusto a pasar un par de horas asustada frente a la pantalla. Ahora soy una devota fan del género, desde los clásicos hasta las nuevas propuestas que buscan hacer aún más terroríficas este tipo de películas.
Para continuar capitalizando con el éxito de las películas de todos los géneros es común que se adapten a videojuegos pero algunas transiciones son más fáciles que otras. Las limitaciones de programación y gráficos de las primeras consolas no eran tan graves al momento de adaptar una película infantil o de acción pero las de terror era algo completamente diferente. Era difícil sentirse atemorizado por un ser pixelado que parecía dar pequeños saltos más que correr tras nosotros.
Pasé horas jugando Pesadilla en la calle del infierno en Nintendo y a pesar de los gráficos la propuesta fue muy buena, fue grandioso manejar a un personaje que debía evitar quedarse dormido y caer en las garras de Freddy Krueger pero nunca me sentí realmente asustada. Poco a poco se fueron perfeccionando los gráficos logrando un realismo asombroso y la complejidad de los juegos atrajo a un público más adulto.
No pasó mucho tiempo antes de que los videojuegos no necesitaran de los últimos éxitos en taquilla para crear franquicias exitosas y comenzaron a ganar terreno por derecho propio creando historias interesantes y novedosas. Las de terror no fueron la excepción y uno de los mejores videojuegos de este género es sin duda Silent Hill. La primera vez que lo jugué no creí que un videojuego pudiera ponerme nerviosa pero la sensación de soledad e incertidumbre que nos inunda desde un principio va preparando el terreno para unos buenos sobresaltos.
Conforme avanzaba en el juego no sabía si considerar a sus creadores unos genios o unos dementes. El terror está presente en cada segundo del juego, los enemigos que parecen salidos de nuestras peores pesadillas y los aterradores escenarios son inquietantes. A pesar de la angustia y el nerviosismo no podemos dejar de jugar porque queremos descifrar las pistas y, claro está, que nuestro personaje salga de Silent Hill sano y salvo.
Era sólo cuestión de tiempo para que el brillante terror psicológico que esta franquicia maneja fuera llevado a la pantalla grande. Hollywood ha realizado varias adaptaciones de videojuegos a largometrajes, con resultados desastrosos en su mayoría, así que parecía bastante remoto el que se atrevieran a intentarlo con un videojuego con una trama tan compleja y nada comercial como Silent Hill. La película se estrenó en 2006 con resultados bastante predecibles, los que no conocían el videojuego salieron de la sala de cine razonablemente asustados y quizás un tanto desconcertados. Los que somos fans nos sentimos un tanto defraudados ya que la sensación de temor constante de los videojuegos es infinitamente superior al de la película.
Aún así, debo admitir que no fue tan mala como esperaba ya que respetaron la idea original pero tuvieron que bajarla bastante de tono para hacerla más apta para el público. A pesar del éxito moderado de esta película hicieron una segunda parte que, a diferencia de los videojuegos, es una continuación directa de la primera entrega que desafortunadamente nos recuerda al dicho: las segundas partes nunca fueron buenas.
La primera entrega se acercó al videojuego pero Silent Hill Revelation pareciera que ni siquiera lo intentó. Los seres monstruosos que habitan en el misterioso pueblo estuvieron presentes pero nunca hubo un momento en el que realmente sintiéramos que la protagonista estaba en peligro. La desesperación, el terror y la soledad se perdieron por completo al saturar de personajes cada escena.
Si en la primera película se cambiaron ciertos aspectos de la historia para hacerla más aceptable en Revelation es más que obvio el esfuerzo por lograr una clasificación que incluyera a un público más joven. La maldad y sadismo de los personajes se pierde en medio de explicaciones innecesarias e incluso los seres aterradores no parecen esforzarse mucho por crear una atmósfera de miedo.
A pesar de todo Silent Hill Revelation logra su cometido al asustar a gran parte del público. Fui testigo de esto cuando los pre-adolescentes que se sentaron frente a mí, acompañados por su madre, decidieron abandonar la sala después de sólo 10 minutos de película dejando atrás a sus hermanos mayores argumentando que “ya no querían verla”.
Quizás este tipo de reacciones sean lo más rescatable de la película. La temática y las criaturas espantosas de Silent Hill provocarán siempre opiniones encontradas pero después de dos largometrajes prefiero quedarme con los videojuegos. La película tuvo un final muy abierto así que no me sorprendería que ya se esté planeando una tercera parte y ahí estaré nuevamente quizás recordando el dicho: la tercera es la vencida.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.


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