jueves, 13 de septiembre de 2012

Experimentos mentales


Se dice que “de genio y de loco todos tenemos un poco” aunque me atrevería a decir que la locura de cada uno de nosotros es mayor de lo que nos damos cuenta o queremos reconocer. En una ocasión alguien me dijo que si nunca te has cuestionado tu sanidad mental en algún punto de tu vida lo más seguro es que estés loco y me parece que tenía toda la razón. Si nunca has dudado de tus decisiones entonces algo no está del todo bien.
Todos hemos hecho, dicho o pensado cosas que en su momento nos parecían lo más lógico y ahora nos resultan una verdadera locura. Eso no quiere decir que todos debamos ir corriendo a que nos internen en un manicomio, simplemente se trata de la vida misma, la madurez y las diferentes etapas que debemos atravesar en nuestro desarrollo.
Las personas que acuden a los psicólogos y psiquiatras no están a un paso de portar una camisa de fuerza, por el contrario, tienen la suficiente capacidad para reconocer que necesitan ayuda. Sin importar si crees o no que lo necesitas, a ninguno nos caería mal tener el apoyo de expertos que escucharan nuestras inquietudes y que nos ayudaran a comprender por qué reaccionamos de diversas maneras ante diferentes estímulos.
Aunque no nos recostemos en un diván mientras un doctor hace anotaciones en una libreta tenemos sesiones terapéuticas con amigos y familiares. Simplemente el escuchar o ser escuchado es un desahogo que permite al afectado enfrentar problemas desde otra perspectiva. Es imposible ir por la vida sin que las personas y situaciones nos marquen de alguna manera y vayan moldeando nuestro carácter, la mayoría de las circunstancias están fuera de nuestro control pero siempre tendremos la opción de elegir ser afectados de manera positiva o negativa. Lo más importante es contar con un sistema de apoyo.
Hoy en día existen todo tipo de terapias y medicamentos para tratar los trastornos más graves pero es escalofriante pensar que todavía hasta el siglo pasado se seguían empleando violentos e invasivos métodos que parecían torturas medievales. Desde electroshocks hasta lobotomías los pobres pacientes salían de las instituciones peor de lo que habían entrado.
Sigmund Freud se atrevió a desafiar los convencionalismos y a través de la libre asociación de palabras, la hipnosis y la interpretación de los sueños desarrolló el psicoanálisis. Freud dedicó su vida al estudio del funcionamiento psíquico humano y esto le ganó tanto seguidores como detractores. A pesar de todas sus aportaciones a la psicología y a la psiquiatría hay quienes consideran que sus teorías no tienen mérito científico y que creó métodos basados en la simple especulación.
Carl Gustav Jung, fundador de la escuela de psicología analítica, aplicó en sus comienzos el tratamiento experimental de Freud con una paciente de 18 años que no respondía a ningún tratamiento convencional. Contactó a Freud para comentar el caso y la afinidad intelectual y el interés por desarrollar nuevos tratamientos derivó en una intensa relación de amistad. El respeto mutuo los llevó a consultarse constantemente sobre sus teorías y casos pero las diferencias en sus creencias amenazaban desde un principio su amistad.
Freud estaba convencido de que su amigo sería un digno sucesor en el campo del psicoanálisis pero tendría que hacerlo a su manera. Se enfurecía ante la postura que Jung tenía sobre la influencia del esoterismo en sus métodos. Nociones como alquimia, mitología y religión no tenían cabida en los estudios de Freud y con el tiempo la relación terminó. Estos años de amistad fueron la inspiración para el libro Un método peligroso, escrito por John Kerr, quién se basó en la correspondencia que mantuvieron durante esa época Freud, Jung y Sabine, la paciente cuyo tratamiento propició el primer encuentro entre los psicólogos.
Viggo Mortensen, Michael Fassbender, Keira Knightley y Vincent Cassel protagonizan Un experimento peligroso, película que muestra precisamente esta etapa en la vida de Jung que comienza con la llegada de Sabine, la paciente problemática. Jung, a pesar de estar casado, comienza un amorío con Sabine y Freud se ve involuntariamente involucrado en los problemas entre ellos.
Algunas escenas de la película se filmaron en la casa que Freud habitó y en las calles de Viena por dónde él se paseó. La producción cuidó cada detalle de la ambientación utilizando incluso transbordadores y veleros originales de principios de siglo. Las largas charlas entre Freud y Jung son un verdadero deleite y por momentos parecemos creer que nos encontramos sentados junto a ellos tomando el té, deseosos de seguir escuchando. Esta película se basa en hechos históricos pero tiene gran parte de ficción que aumenta la tensión entre los protagonistas y transmite la intensidad de sus relaciones. En mi opinión, a Un experimento peligroso no le sobra ni le falta nada. Es una gran película que mantiene al espectador cautivo de principio a fin.
Una interesante mirada a las vidas de las personas que dedicaron su existencia al estudio de la psicología humana aunque, por lo que muestran en esta película, tanto Freud como Jung pudieron haberse beneficiado de que un psicólogo les echara un vistazo.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

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