lunes, 3 de diciembre de 2012

Para la Generación Nintendo


Jamás olvidaré el día en que vi por primera vez un videojuego, me resultó increíble descubrir que la televisión no sólo servía para ver programas sino para jugar tenis. Bueno, era bastante rudimentario, los jugadores eran simples barras a cada lado de la pantalla, la red era sólo una división a la mitad y la pelota era un cuadrado que hacía un sonido peculiar al rebotar. Creo que a los niños en general, no nos molestaba la falta de definición, estábamos demasiado impresionados con la novedad de controlar lo que veíamos en nuestras pantallas.
Al poco tiempo llegó el Atari y era lo último en tecnología, constantemente terminaba con las manos adoloridas por utilizar el joystick pero no me importaba. Cambiaba cartucho tras cartucho descubriendo cuál me gustaba más y para cuál tenía más habilidad. Me encantaba Space Invaders, Q*bert, Seaquest, Jungle Hunt, bueno, me gustaba cualquier juego que cayera en mis manos. A excepción de los de deportes, esos no eran de mis favoritos pero era tan devota de esa consola que incluso me gustó el de E.T. uno de los peores juegos en la historia de los videojuegos, no me avergüenza admitirlo.
Del Atari brinqué al Nintendo, Súper Nintendo y cuanta consola siguió. Debo admitir que cuando los juegos de plataforma evolucionaron a la tercera dimensión me costó un poco de trabajo adaptarme. Estaba acostumbrada a mover mi personaje sólo hacia un lado, brincar obstáculos que llegaban al frente y dispararle a lo que se moviera. Cuando tuve más posibilidades de movimiento, puertas ocultas, trampas en el suelo y enemigos que salían de la nada debí pasar por un proceso de adaptación. Fue en ese momento que descubrí que ser una buena gamer no era tan fácil como antes.
Más de dos décadas después, mi afición por los videojuegos sigue intacta y mi consola predilecta es la Xbox 360. Mi ajetreada vida diaria no me permite estar metida en ellos todo el día pero encuentro tiempo para jugar de vez en cuando. Es interesante ver la evolución no sólo de los sistemas de juego sino de los personajes que conocí de niña y las franquicias que he seguido desde un principio.
En los cortos de la película Ralph, el demoledor vi varios personajes conocidos en el mundo de los videojuegos pero no terminó de llamar mi atención. Por lo general me gustan las películas infantiles que están plagadas de referencias pop y retro que en ocasiones parecemos entender mejor los adultos que los niños a los que van dirigidas pero a Ralph no le di mucha importancia. No tardé en escuchar numerosas críticas positivas y recomendaciones sobre esta película así que decidí darle una oportunidad.
No sólo no me arrepiento sino que es una de las mejores películas que he visto. Toda película infantil que se precie de serlo lleva un mensaje positivo y ésta no es la excepción, sólo que no se trata de una lección cursi o aburrida. El fino humor con el que manejan las situaciones y las personalidades de los protagonistas cautivan al espectador desde que comienza.
La película nos cuenta la historia de Ralph, un villano de videojuegos que está harto de ser temido y rechazado por los demás. Ralph se rehúsa a ser un estereotipo y decide forjarse un nuevo destino al buscar fortuna fuera de su videojuego. Esta película se encuentra salpicada de personajes conocidos de franquicias famosas como Street Fighter y Mario Bros. pero también encontramos referencias menos comerciales, sólo para conocedores. Incluso Q*bert y Coily hacen apariciones memorables.
La simpatía que despierta Ralph desde un principio, a pesar de ser un villano, lo convierte en un inspirador anti-héroe. La extraña combinación de videojuegos y personajes funciona a la perfección creando una interacción interesante que resulta en relaciones impredecibles. El excelente trabajo de animación, grandiosos personajes y una conmovedora historia es la combinación ganadora que Disney necesitaba para recuperar su lugar en largometrajes infantiles.
Una película para todas las edades que tiene de todo: acción, romance, pelea, naves espaciales, insectos mutantes, carreras de autos, zombies y un mundo completamente hecho de dulces. Si eres fan de los videojuegos te va a encantar y aunque no lo seas la disfrutarás de igual manera. Ralph, el demoledor es ideal para pasar un buen rato y reír con ganas.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película y es propiedad de la productora.

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