lunes, 30 de abril de 2012

No se la pueden perder



Desde fantasmas, vampiros, zombis y monstruos hasta asesinos en serie y psicópatas, todos hemos disfrutado y hasta sufrido con las películas de miedo. De niña me aterraban y me ocasionaban terribles pesadillas pero por alguna razón, incomprensible para mí a esa edad, insistía en verlas. Con el tiempo, ya entrando en la adolescencia les fui tomando el gusto y finalmente me declaré oficialmente fan de este género.
El temor que provocaban las terroríficas escenas en la pantalla pronto fue sobrepasado por mi propia, y traicionera, imaginación cuando tenía entre mis temblorosas manos un libro de Stephen King. A pesar del miedo leía hasta el final. Algunos buscan la adrenalina al lanzarse en paracaídas o escalando montañas, otros tienen romances prohibidos o corren riesgos innecesarios pero a mí me basta con una buena dosis de tensión y sustos provocados por una película, libro o, en este caso, una excelente obra de teatro como la que tuve oportunidad de ver la semana pasada: La Dama de Negro.
Esta obra está basada en la novela escrita por Susan Hill en 1983. Se presenta en Londres desde 1989 y recientemente cumplió 18 años ininterrumpidos en México. La historia se centra en Arthur Kipps, un abogado cuyo trabajo lo lleva a un pequeño pueblo donde debe encargarse de los asuntos de Alice Drablow, una clienta que acaba de fallecer.
La acertada puesta de teatro dentro del teatro nos lleva a descubrir la historia de la mano de dos talentosos actores: Odiseo Bichir y Benjamín Rivero. Un traumatizado Kipps pide la ayuda de un director de teatro para que le ayude a contar los escalofriantes hechos que han marcado su vida. Es así como Bichir y Rivero nos transportan al deprimente y lúgubre pueblo donde se encuentra la mansión donde Kipps vivirá momentos terroríficos al encontrarse con la espectral figura de una mujer.
La perfecta sincronización de sonido, iluminación e incluso humo hace al espectador temblar de miedo en su asiento esperando ver a la Dama de Negro aparecer en cualquier momento y lugar ya que los actores no se limitan a representar su papel sólo arriba del escenario. Las reacciones del público que van desde pequeños sobresaltos hasta la histeria colectiva son parte y al mismo tiempo muestra del éxito de esta puesta en escena.
Así que si tienen ganas de asustarse un rato no dejen de asistir a esta obra cuando esté en su ciudad. Mientras tanto pueden irse ambientando con la película The Woman in Black con Daniel Radcliffe, actor que conocimos como Harry Potter. Difiere un poco de la obra pero es igual de espeluznante y aunque en los momentos más angustiosos me sentí tentada a gritar “¡Expecto patronum, Harry!” debí recordarme a mí misma que era sólo una película, no era real ¿o sí?

La imagen utilizada es tomada del póster oficial de la obra de teatro y es propiedad de la productora.

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