La película 300,
basada en los comics de Frank Miller y dirigida por Zack Snyder en 2007, es una
de mis películas favoritas, no sólo porque visualmente es impresionante sino
por las emocionantes escenas de acción. Claro que tener a 300 hombres con
cuerpos perfectos luchando con espadas en cámara lenta es otro punto a favor de
esta brillante producción.
Suele suceder que aquellas películas que son todo un
éxito en taquilla también son altamente criticadas y 300 no fue la excepción. Más tardaron los protagonistas en desfilar
por la alfombra roja en la premier que los historiadores en brincar para
expresar su inconformidad. Desde la vestimenta de Leónidas y su “escolta
personal” hasta aspectos clave del sistema militar espartano, los críticos
parecían empeñarse en encontrar defectos en una producción que nunca prometió
ser históricamente exacta.
Frank Miller explicó en una entrevista que las
inexactitudes eran intencionales para efectos visuales y dramáticos ya que su
intención nunca fue dar una clase de historia. Aun así, 300 nos da una idea bastante acertada de la vida de los espartanos
quienes comenzaban su entrenamiento militar desde muy pequeños. Se les enseñaba
a dar respuestas cortas e inteligentes, si contestaban con evasivas o peroratas
eran castigados. Quizás por eso hay tantas líneas cortas pero memorables salpicadas
por toda la película.
También vemos que la reina Gorgo es una mujer culta de
gran autoridad y Leónidas siempre toma en cuenta su opinión. Esto también
refleja la realidad, las mujeres no sólo recibían educación formal desde niñas
sino que no había sociedad en el mundo antiguo en el que el género femenino tuviera
mayor libertad y poder económico que en Esparta. La batalla de las Termópilas
también sucedió y Leonidas logró detener el avance del ejército persa durante
dos días hasta que Efialtes mostró a los invasores cómo llegar hasta la
retaguardia de las líneas griegas.
La realidad es que no sólo había 300 espartanos
bloqueando el paso en las Termópilas, también había 700 tespios, 400 tebanos y
quizás algunos cientos soldados más y no hay registro alguno de que Efialtes
fuera un jorobado deforme, al parecer sólo era un maldito traidor. Pero estas y
muchas otras licencias históricas que Frank se tomó dieron como resultado una impresionante
aventura épica. Quizás los críticos no comprendieron el surrealismo de la obra
de Miller o tal vez se les olvidó como disfrutar de una buena historia, como
haya sido, los detractores de 300 no
afectaron a las ganancias millonarias que generó ni al impacto que tuvo en la
cultura pop.
300:
El nacimiento de un imperio es la esperada secuela que muestra
una batalla paralela a la de Leónidas. Aquí vemos el origen de la divinidad de
Jerjes, la batalla de Artemisio y la batalla de Salamina. Temístocles,
interpretado por Sullivan Stapleton, es el encargado de liderar al ejército que
intenta detener a Jerjes pero nunca imaginó que se encontraría con un enemigo
más formidable: la guapísima Eva Green en forma de Artemisia.
Stapleton no logra ejercer la misma fascinación que
Gerard Butler como Leónidas, le faltó carisma como actor principal. La tarea no
era nada fácil al tener como contraparte a Green quien interpreta
magistralmente a cualquier villana que le ofrezcan. No tardamos mucho en olvidarnos
de Temístocles y sus ideales después de ver a Artemisia y la historia de su
vida. Sus habilidades militares y su arrolladora personalidad no dan tregua al
resto de los protagonistas.
Esta secuela es visualmente cautivadora al igual que la
primera entrega pero se pierde el factor asombro al no mostrarnos nada nuevo en
lo que a gráficos se refiere. Esto no resta emoción a las batallas, los ataques
en el mar son impresionantes y la sangre que sale de las heridas y parece
congelarse en el aire antes de bañar todo a su alrededor no pierde su encanto a
pesar de que está presente casi en cada cuadro.
No se ve tanto de Jerjes como se esperaría pero no
importa, Artemisia basta y sobra como enemiga. Es una lástima que Green no haya
compartido pantalla con Butler ya que era una adversaria digna del
impresionante Leónidas. Cuando Artemisia se enfrenta a Temístocles es fácil
olvidarse que se supone que el héroe es él y no ella.
300:
El nacimiento de un imperio, al igual que su
predecesora, no es precisamente fiel
a la historia de Grecia pero es innegable que es emocionante, esta película
tiene acción de principio a fin, no tiene ni un momento lento o que sobre.
Queda claro que no estuvo a la altura de 300,
pero Eva Green se encargó de que le faltara muy poco así que no es de
sorprender que esta secuela haya tenido gran éxito en taquilla ni que ya se
esté en pláticas para otra entrega. Después de habernos mostrado a Leónidas y
después a Artemisia, no será tarea fácil para los productores encontrar actores
de peso que puedan crear otros personajes tan memorables.
La imagen utilizada es el póster oficial de la película
y es propiedad de la productora.