“Los monstruos existen y los fantasmas también, viven dentro de nosotros y algunas veces son los que ganan”. Esta cita sólo podía provenir del brillante y prolífico escritor Stephen King. Su nombre es parte de la cultura pop desde los setentas, su estilo característico y habilidad para hurgar en lo más profundo de la psique humana sigue cautivando hoy en día a lectores de todas las edades y generaciones.
King no sólo ha vendido millones de copias sino que muchas de sus novelas han sido adaptadas a películas para cine y televisión contribuyendo enormemente a su reputación cómo autor de terror. Sin importar las preferencias en géneros literarios y películas la mayoría de las personas saben de qué tratan o por lo menos han escuchado sobre Christine, Cujo, Carrie, El resplandor, Eso, Cementerio de Mascotas y Miseria por mencionar sólo unas cuántas.
Se podría pensar que los libros elegidos para llevar a la pantalla grande son los culpables de que Stephen King sea comúnmente clasificado cómo escritor de horror dejando de lado las novelas que ha escrito de suspenso, ciencia ficción e incluso fantasía pero es sólo un problema de percepción. King ha escrito numerosas novelas que no tienen nada qué ver con monstruos, dimensiones paralelas, fantasmas, posesiones demoniacas ni asesinos. King tiene un lado sentimental que lo ha llevado a crear personajes de nobles sentimientos e historias llenas de esperanza.
La Milla Verde, protagonizada por Tom Hanks, es un claro ejemplo de la polaridad de King cómo escritor. Cadena Perpetua, Cuenta conmigo y Eclipse Total, aunque tienen ciertos aspectos obscuros, tratan temas cómo la amistad y la esperanza. Muchos se sorprenden al descubrir que King está detrás de tantas películas que han tocado las fibras sensibles de las personas. Esto no tendría por qué resultar tan desconcertante, después de todo, los autores tan prolíficos cómo él tienden a explorar diversos géneros pero el público se rehúsa a perder al Stephen King de horror.
Es comprensible, incluso los cineastas parecen empeñarse en que las novelas de King sean aún más macabras. Stanley Kubrick cambió y agregó ciertos aspectos en El resplandor y Brian De Palma hizo lo suyo con Carrie, ambos con la intención de hacer las películas más intensa para lograr un mayor impacto en el público. Los leales fans de King no aceptaron del todo estos cambios pero los números en taquilla fueron suficientes para que las productoras no perdieran el sueño por ellos.
Otro lado poco conocido de King son los variados proyectos en colaboración con su hijo Joe Hill, Michael Jackson, John Mellencamp y Barbara Kruger entre otros. King trabajó también con Peter Straub, el aclamado novelista de horror, para escribir una trilogía de fantasía que comienza con El Talismán. Esta novela nos presenta a Jack Sawyer, un niño de doce años que se embarca en una extraña aventura con la esperanza de salvar a su madre enferma.
El libro comienza un poco lento, tedioso incluso pero en cuanto Jack comienza a creer en las palabras del misterioso cuidador del parque de diversiones la historia cobra vida. King y Straub nos muestran un fantástico mundo paralelo al que sólo unas cuántas personas pueden entrar. No sólo eso, con un poco de práctica es posible moverse entre los mundos a voluntad pero esa habilidad puede poner en peligro a la humanidad entera si la desarrollan las personas equivocadas.
Resulta poco creíble que un niño de doce años pueda infundir temor en enemigos adultos y armados hasta los dientes pero esa es la magia de esta novela. El hecho de que un niño sin experiencia ni malicia sobreviva en un mundo hostil y desconocido impulsado por el amor hacia su madre y la necesidad de hacer el bien es un ejemplo de uno de los tantos mensajes de esta historia.
King y Straub cuidaron cada detalle del mundo paralelo que Jack recorre, desde el idioma y la moneda utilizada hasta las costumbres de cada región. Cada paisaje es descrito vívidamente detallando incluso los olores y los sonidos que, dependiendo de la situación, pueden resultar reconfortantes o atemorizantes. Esta novela está plagada de moralidad y valores pero resulta extraño que una lectura no recomendada para niños tenga tantas enseñanzas que parezcan dirigidas a ellos. Si fuera película seguramente el resultado parecería un episodio de Plaza Sésamo dirigido por Quentin Tarantino.
Admito que tenía mis dudas porque Stephen King tiene la manía de colocar hacia el final de sus novelas ciertos elementos que en ocasiones resultan desconcertantes. Conforme se reducía el número de páginas faltantes me iba preparando para un desenlace poco satisfactorio pero me alegra decir que no fue así. A pesar de los extraños finales que Stephen King elige sigo comprando sus libros.
El Talismán no es el típico libro de Stephen King ya que se aprecia claramente la participación de Straub pero tiene suficientes elementos extraños y seres monstruosos para satisfacer a cualquier fan de King. Las aventuras de Jack continúan en la segunda parte, Black House, pero aún no hay fecha para el lanzamiento de la tercera. Posiblemente King se tome un tiempo de la fantasía para escribir algo de terror. Quizás sea terapia para él como bien dice “Yo no tengo pesadillas porque todas se las doy a ustedes”.
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