miércoles, 25 de abril de 2012

Rebeca Fryes



Rebeca Fryes, la protagonista de Sentimientos varados nunca imaginó que su estable y protegida vida se convertiría en una apasionante aventura de la noche a la mañana. Quiero platicarles las circunstancias que llevaron a Rebeca Fryes a descubrir la fortaleza que nunca creyó tener.

En la Inglaterra del siglo XVIII, cuando la mayoría de las jovencitas de clase acomodada debutaban en sociedad buscando lograr un matrimonio provechoso, la tímida e ingenua Rebeca se sentía afortunada por no encontrarse en esa posición y poder pasar los días en casa de sus padres teniendo como única compañía a sus tutores y a la empleada doméstica que le proporcionaba el cariño que sus padres, Henry e Irene, no le daban por dedicarse exclusivamente a su vida social.
La vida de Rebeca da un vuelco cuando las finanzas de sus padres comienzan a disminuir. La búsqueda por un pretendiente adinerado comienza ante el disgusto de la introvertida joven quien acepta su cruel destino con resignación porque su familia está en bancarrota. Sabe que es momento de olvidar sus fantasías adolescentes sobre enamoramientos y finales felices.
Cuando estaba resuelta a casarse con el repugnante hombre que sus padres eligieron para ella, regresa a su vida un rostro familiar de su infancia, se trata del mejor amigo de su padre: Richard Blumfield, un apuesto hombre que era amable, bondadoso e inteligente. Él siempre la había procurado desde que la conoció hasta el momento en que desapareció misteriosamente sin explicación alguna cuando ella era sólo una niña. Ahora formaba parte nuevamente de su vida, regresando en el momento en que ella más lo necesitaba y aunque era 20 años mayor que Rebeca, ella lo acepta gustosa alegrándose de tener por esposo a un hombre al que le tenía tanto afecto. La joven no lo amaba pero confiaba en que lo haría algún día, estaba decidida a ser una fiel y cariñosa esposa para Mr. Blumfield. Sus padres no cabían de gozo ya que, no sólo era millonario, sino que había sido recientemente designado como gobernador de una colonia inglesa situada en una isla en la ruta comercial más transitada del Océano Atlántico.
Rebeca se ve obligada a dejar atrás su pasado para embarcarse rumbo a su nuevo hogar al lado de su esposo, el gobernador. La inexperta joven busca adaptarse y agradar a los habitantes de la isla pero pronto se dará cuenta que su nueva vida dista mucho de lo que soñó.
Cuando conoce a Guillaume Lefevre, un encantador joven francés que despierta en ella sensaciones que nunca imaginó, se esfuerza por reprimir sus sentimientos, sabe que debe ser fiel a su esposo y a sus principios. Rebeca se debate ahora entre el honor y el deseo; la razón y el corazón. Guillaume era todo lo que su esposo no era, poseía una intensidad y alegría por la vida que cautivó a Rebeca desde el instante en que se perdió en lo profundo de sus ojos azules.
Toda su vida se le instruyó para dejar de lado sus sentimientos y atender a la razón. Les prometió a sus padres que sería buena y obediente con Mr. Blumfield, quién la eligió a ella como esposa aún cuando él era considerado uno de los solteros más cotizados de Londres salvando a sus padres de una situación económica insostenible. Todos le habían repetido hasta el cansancio lo afortunada que era por tenerlo como esposo. Había razones de sobra para no entregarse a la pasión que la atormentaba pero amaba a Guillaume, lo deseaba tanto que la vida sin él le parecía imposible.
En una época en que las mujeres se veían obligadas a renunciar al amor para asegurarse un porvenir, Rebeca lucha por mantener vivo el sueño de algún día poder estar con el hombre que ama. La joven está consciente del peligro que correrían al permitirse vivir el amor y la pasión que los consume pero ya está harta de seguir todas las reglas, está cansada de hacer siempre lo correcto, decide que es momento de sucumbir ante la tentación.

No se queden con las ganas y descubran lo sucedido en mi novela Sentimientos Varados de venta en www.smashwords.com 

No hay comentarios:

Publicar un comentario